LONDRES. El Arsenal sobrevivió el primer infarto de la temporada 2017/2018 gracias a un agónico tanto del francés Olivier Giroud a falta de cinco minutos para el final, que dio al conjunto de Arsene Wenger los tres puntos sobre un valiente Leicester City (4-3).
Después una buena pretemporada, y tras el triunfo en la Community Shield de la pasada semana sobre sus vecinos del Chelsea, los del norte de Londres se las prometían muy felices en una campaña en la que no jugarán la Champions League y en la que lo apuestan todo a la liga. Sin embargo, si algo se le atraganta al Arsenal son los arranques de temporada: derrota 3-4 con el Liverpool en la 2016/2017, otra derrota más, esta vez a manos del West Ham (0-2), en el comienzo de la 2015/2016… Con la salvedad del triunfo 2-1 sobre el Crystal Palace en la 14/15, los ‘Gunners’ llegaban con un pésimo récord de una victoria, tres derrotas y tres empates en sus debuts en la Premier en los últimos siete años.
El fichaje estrella de los ‘cañoneros’, el francés Alexandre Lacazette, no tardó en dejar su impronta en el campeonato, y pasado el primer minuto de juego adelantó a su equipo con un preciso remate de cabeza tras un centro de Mohamed Elneny.
No duró mucho la alegría para los de casa, ya que prácticamente en la jugada posterior el batallador Shinji Okazaki subió las tablas al electrónico después de un balón al segundo palo de Marc Albrighton y una dejada atrás de Harry Maguire. El tanto del internacional nipón silenció al Emirates, que vio, sin embargo, como su equipo se aproximaba nuevamente al gol con un disparo a bocajarro desde dentro del área de Sead Kolanisac. Pero éste no llegó y fueron los ‘zorros’, sorprendentes campeones hace dos años, los que hicieron mover el luminoso de nuevo.
Esta vez fue el infalible Jamie Vardy, quien se aprovechó de la enésima desconcentración de la zaga local, para poner por delante a los suyos: en el 29, el punta inglés sólo tuvo que empujar a las mallas un preciso balón al corazón del área de Marc Albrighton tras una mala entrega de Granit Xhaka. Apretó el Arsenal y tuvo su recompensa en el tiempo de descuento, cuando el hasta ahora invisible Danny Welbeck aprovechó una serie de rechazos de la zaga para anotar su primer tanto de la temporada y mandar el partido en empate al descanso. Más de lo mismo en la segunda mitad: dominio del Arsenal y gol del Leicester.
A los 10 minutos de la reanudación, Vardy se adelantó a un dormido Nacho Monreal y cabeceó a gol un córner botado por Riyad Mahrez para batir a Cech por tercera vez. Movió fichas Wenger y dio entrada a Giroud y a Aaron Ramsey por Elneny y Rob Holding, colocando, en un movimiento extraño, a Oxlade-Chamberlain de lateral derecho y a Bellerín en el costado izquierdo.
Por su parte, el Leicester de Craig Shakespeare apostó por defenderse y quitó a un delantero -Okazaki- por un centrocampista defensivo -Amartey-. Las modificaciones del técnico francés dieron sus frutos, y en el minuto 82 el galés Ramsey recibió un preciso pase por encima de la defensa de Xhaka para batir con la puntera a Schmeichel y darle a su equipo una oportunidad de oro para remontar.
La tuvo Lacazette apenas dos minutos después con un disparo a bocajarro que envió a saque de esquina el guardameta danés, pero en el córner posterior Giroud se adelantó a la defensa y cabeceó un balón que fue confirmado poco después por la tecnología de línea de gol. No hubo tiempo para más en el Emirates, que festejó un triunfo que, como cantaban los aficionados, les deja “como líderes de la liga”.
Primera trabajada y sufrida victoria para un Arsenal que ha demostrado soluciones ofensivas en su debut en la Premier, aunque evidencia también muchas carencias defensivas, aunque si bien es cierto hoy le faltaban Shkodran Mustafi, Laurent Koscielny, Per Mertesacker y Gabriel Paulista, sus cuatro centrales.
EFE