COOPERSTOWN, Nueva York — Tim Raines jugó en Grandes Ligas por más de dos décadas, y aun así tiene grabado en su mente un turno al bate. Nervioso por haberse ganado un lugar en roster de los Expos de Montreal después de dos breves ascensos que no salieron tan bien (un hit en 20 turnos al bate), su actuación en el primer juego de la temporada regular de 1981 en Pittsburgh despejó toda duda.
Raines inició las acciones del partido con una base por bolas, se robó segunda en el primer lanzamiento al siguiente bateador y anotó cuando un tiro errático a segunda eludió a los jardineros. Había nacido una estrella.
"Pienso que ese fue el inicio del tipo de jugador que Tim Raines podría ser", recordó Raines. "De cierta forma me puso en marcha. Pienso que de haberme ponchado y no haber aportado nada ofensivamente en ese juego, no sé qué habria sucedido a mi carrera. No habría realmente mostrado a nadie qué tipo de jugador era. Como que todo despegó a partir de ahí".
Su travesía en el béisbol termina el domingo en Cooperstown, cuando el expelotero de 57 años ingrese al Salón de la Fama. Junto con él serán exaltados Jeff Bagwell e Iván Rodríguez, así como el excomisionado Bud Selig y el ejecutivo retirado de Kansas City y Atlanta, John Schuerholz, ambos electos por un comité de veteranos.
Raines recibió 86% de los votos de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica para fácilmente superar el límite de 75% requerido. Esa cifra se dio en su último año en las boletas, un descuido que resulta difícil de comprender en retrospectiva. El bateador ambidiestro registró un promedio general de .294 y de.385 con hombres en base durante su carrera de 23 campañas, terminando con 2.605 hits, 1.571 anotaciones y 808 bases robadas.
La cantidad de robos de base es la quinta más alta en la historia en las mayores e incluye 70 o más robos en cada temporada de 1981 a 1986, una racha que nadie ha igualado en la historia de Grandes Ligas. Al analizar a detalle sus logros en las bases, resultan impresionantes –su tasa de éxito de 84,7% lidera la lista entre jugadores con al menos 400 intentos de robo.
Rodríguez, que posee los récords de las mayores en juegos como receptor (2.427) y outs consumados detrás del plato (12.376), pegó 311 cuadrangulares y promedió para .296 en su carrera. No sorprende que sea apenas el segundo cátcher elegido en su primera aparición en las boletas, siguiendo los pasos de su ídolo de infancia Johnny Bench, ex estrella de los Rojos de Cincinnati.
En 21 temporadas en Grandes Ligas, en su mayoría con los Rangers de Texas, Rodríguez fue elegido 14 veces a un Juego de Estrellas, ganó la cifra récord de 13 Guantes de Oro y se llevó a casa siete premios al Bate de Plata.
"Creo que simplemente me preparé", indicó el puertorriqueño de 45 años, cariñosamente apodado "Pudge". 'Hablo de bloquear miles de pelotas, realizar miles de tiros a segunda base, tratar de lanzar la pelota al lado correcto de la base. "Uno tiene la habilidad, pero si no se tiene la disciplina, si uno no trabaja en las cosas que tiene que hacer, va a ser difícil que lo logre en su carrera".
Bagwell, que jugó toda su carrera de 15 temporadas con los Astros de Houston, fue elegido en su séptimo año en la votación. Es el único primera base en la historia con 400 cuadrangulares y 200 robos de base. "Todo esto me resulta abrumador", señaló Bagwell, de 48 años. "Una parte de mí se pregunta '¿Por qué estoy yo aquí?'" Bagwell terminó su carrera con 449 jonrones, fue nombrado el Novato del Año en 1991 y en la temporada acortada por la huelga en 1994 bateó para .368 con 39 vuelacercas y 116 carreras impulsadas en sólo 110 partidos para llevarse unánimemente los honores al Jugador Más Valioso.
Por John Kekis / Associated Press