SOUTHPORT, Inglaterra. Jordan Spieth es campeón del Abierto Británico, tal como esperaban él y muchos antes de la última ronda. Pero nadie pudo haber pronosticado las emociones que antecedieron a la coronación del domingo.
El estadounidense estuvo a punto de derrumbarse en otro major, con un tiro de salida tan malo que la pelota quedó en lo alto de una duna, cerca de la zona de prácticas en el campo Royal Birkdale. Spieth perdió así la punta por primera vez en todo el fin de semana. Sin embargo, remontó con una colección de estupendos disparos en los momentos cruciales, para montar una de las mejores rachas que se recuerden en la historia de este certamen. Estuvo a punto de embocar un hoyo en uno.
Acertó un putt a 15 metros (50 pies) del hoyo. Atinó otro de unos nueve metros (30 pies). “Para mí, esto es un sueño convertido en realidad”, dijo el texano mientras contemplaba su nombre inscrito en la jarra plateada que se otorga al campeón de este torneo. “Absolutamente es un sueño convertido en realidad”.
Spieth recorrió los últimos cinco hoyos en cinco debajo del par. Entregó una tarjeta de 69, uno bajo par, y se impuso a su compatriota Matt Kuchar por una diferencia de tres impactos.
Así, acumula tres trofeos distintos de las grandes citas e irá por el único faltante en su colección el mes próximo, en el PGA Championship. De conseguirlo, el golfista de 23 años sería el más joven en completar el Grand Slam. Por lo pronto, se ha unido a Jack Nicklaus en el club de golfistas que han conseguido tres majors diferentes a los 23 años. E incluso el “Golden Bear” se mostró impresionado. “
¿Es Jordan Spieth algo más grande?”, tuiteó Nicklaus mientras el joven prodigaba estupendos golpes en los últimos nueve hoyos. Spieth falló cuatro putts de menos de 2,5 metros (ocho pies) en los primeros nueve hoyos, con lo que dilapidó su delantera de tres golpes.
Luego, pareció condenado a irse con las manos vacías, cuando su tiro de salida hacia el hoyo 13, un par cuatro, se fue unos 75 metros a la derecha del fairway.
La pelota aterrizó entre el césped crecido, sobre una duna tan inclinada que apenas era posible ponerse de pie ahí. Spieth determinó que no podía jugar la pelota desde ese terreno, por lo que se le sancionó con un golpe.
Cuando se percató de que había actividad en la zona de prácticas, retrocedió tanto que quedó detrás de varios camiones con equipamiento para el certamen. Aun así no le era posible divisar el área a donde quería enviar el tiro. A ciegas y con el hierro 3, envió la esférica por encima de las dunas, hasta un fairway donde abundaban las trampas de arena.
El tiro se quedó a centímetros de uno de los bunkers, cerca del green. Spieth dijo que su caddie le ayudó mucho durante ese momento adverso. “Yo me sentía algo abatido, como cualquiera”, señaló.
“Este triunfo es tan mío como de él”. Kuchar, quien tuvo que esperar 20 minutos a que Spieth saliera del atolladero, erró su putt de 4,5 metros (15 pies) para bierdie. Spieth envió la pelota por encima de la trampa. A dos metros (siete pies) del hoyo, acertó el putt para salvar el bogey. Quedó abajo en el marcador. Pero el espectáculo apenas comenzaba. Cuando terminó, Spieth era el campeón.
AP