Por Jose Pepe Campos " Chambi "
Lo puedes escuchar en su programa:"Al Duro y sin Careta"
670 AM La Poderosa
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Los Marlins Y El Maleficio De Sus Dueños
En octubre de 1997 Los Marlins de la Florida se coronaban Campeones Mundiales de béisbol. Ese triunfo llegaba a solo cuatro años de su nacimiento y era la primera vez que una franquicia lo lograba desde la posición de comodín y no de campeón de su división. La ciudad, llave de las Americas era dueña del mejor equipo de pelota del mundo.
Una escuadra que reflejaba la diversidad de la ciudad. Contaban con Charles Johnson, un receptor negro (algo muy poco visto en el béisbol); Jeff Conine, un primera base blanco estadounidense; Luis Castillo, una segunda base dominicana; Edgar Rentería, un shortstop colombiano; Alex Fernández, un lanzador abridor hijo de cubanos y criado en esta ciudad. Por último el Jugador Mas Valioso de la Serie Mundial era un pitcher cubano escapado del comunismo, Livan Hernández.
El timonel era el legendario Jim Leyland. El arquitecto de todo el sistema, Dave Dombrowski. Para culminar contaban con Wayne Huizenga, un dueño billonario que a su vez era propietario del equipo de football americano y el de hockey sobre hielo de Miami en adición al estadio donde se jugaba la temporada de pelota.
Cuando todo parecía indicar que el futuro de Los Marlins sería glorioso y que en unos cuantos años mas contarían con una gran legión de seguidores; Se envisionaban como el team del Caribe; Se proyectaban como una de las atracciones turísticas de dos condados. Nada estaba mas lejos de la realidad. Casi terminada la eufória, todo aquel triunfo comenzó a venirse abajo y dió luz a lo cual yo he bautizado con el sobrenombre de “El Maleficio De Sus Dueños”.
La gerencia no estaba satisfecha con la cantidad de dinero que, según ellos, el equipo le costaba. Apelaron a las Grandes Ligas para que los ayudara en los gastos. Buscaron ayudas gubenamentales en forma de bonos y excepciones de impuestos, mas ayudas para mejorar unas facilidades que ya eran de ellos. Cuando todo esos planes se fueron al piso, el primer paso fue desmantelar el equipo y salirse de los salarios mas costosos.
Las estrellas fueron soltadas a los mejores postores y finalmente Huizenga vendió la franquicia a John Henry pero no las facilidades de juego. Como resultado de todo aquello los seguidores fueron disminuyendo y todo lo que se había construido en cuatro años se destruyó en una post temporada.
Con la llegada de Henry basicamente se comenzó de nuevo. Gracias a la magia de Dave Dombrowski y los canjes que logró; mas los novatos que empezaron a aparecer, Brad Penny, A.J. Burnett, Josh Beckett, reapareció un rayo de esperanza. La nueva gerencia se empeñó en que la ciudad de Miami y sus ciudadanos los ayudaran a construir un nuevo estadio ya que según ellos era la única forma de subsistir.
Inmediatamente la fanaticada comenzó a sufrir la tragedia y vino otro cambio. Henry a través de una maniobra de Bud Selig le vende la franquicia a Jeffrey Loria mientras este le traspasa el club de Montreal Expos a Las Grandes Ligas en el 2002.
Para insulto de nuestra ciudad, el dueño que reclamaba no tener fondos para correr Los Marlins, pagó $750 millones por los Medias Rojas de Boston, lo cual hasta ese momento era un precio record. El arribo de Loria ocurre en un momento donde Dombrowski había situado a Miami en posición de competir a través de sus cambios y productos en las ligas menores.
Desafortunadamente Dave se convierte en el gerente general de Detroit dejando todo su fruto detrás y comienza “El Reino de la Miseria”. Concluída la segunda temporada bajo esta nueva administración, Miami es coronado Campeón Mundial por segunda vez en séis años. Nacen nuevas figuras como el lanzador Josh Beckett, el ídolo local Mike Lowell y los super novatos Dontrelle Willis y Miguel Cabrera. Estos dos últimos serían la cara de la franquicia en los años venideros.
Al igual que el año ‘97, ese triunfo fue la continuación de mas desencantos y mentiras de parte de Los Marlins. Se repitió el patrón anterior. Vender el talento a otros equipos. Primero fueron Beckett y Lowell a Boston. Mas tarde, el pelotero mas querido por la fanaticada, Miguel Cabrera, se uniría a Dombrowski en Detroit. Ese capítulo concluía el último enlace de Los Marlins como una digna representación de esta ciudad.
En el transcurso de una década, esta organización a pesar de haber ganado dos títulos mundiales ha sido propiedad de tres dueños que fueron degenerando de mal a peor hasta llegar a la situación donde nos encontramos.
Una sarta de engaños, que concluyeron en que los gobiernos del condado y el de la ciudad de Miami, basicamente financiaran la construcción de un gran estadio de beisbol. Tristemente nada ha podido lograr la administración de Jeffrey Loria en término de victorias. Desde ese glorioso 2003 hasta la fecha jamás han podido calificar a la post-temporada. Solamente el equipo de Seattle se une a esa terrible marca. La situación actual de los peces es drástica y hasta en momentos caótica. La única solución para beneficios de todos los seguidores, Las Grandes Ligas, la economía local y el futuro de la franquicia es una venta bién rápida.
De seguir Loria y su camarilla al frente de esta institución, continuará una mediocridad que solo creará apatía entre los fanáticos. Las concurrencias actuales son pobres pero si no hay venta, basicamente disminuiran con los años al punto de que las Grandes Ligas tendran que involucrarse y quién sabe si es tarde para ese momento. En la actualidad este equipo no tiene una figúra con carisma que pueda vender boletos.
Al mismo tiempo deben de mirarse en el espejo y darse cuenta que solo “regalando cafecitos”, “promoviendo a la mascota” y “llevando a las bailarinas por Miami” no es manera de crear seguimiento. Eso se logra con un buen producto en el terreno, campañas cívicas con los peloteros de renombre y sobre todo sin arrogancia y con mucha humildad.
¿Que han hecho los Marlins para promover las areas adyacentes al estadio en término de reclutar negocios?. Deberian de mirar a las franquicias en NY, Chicago, Boston, Colorado, Atlanta, San Luis, etc. como ejemplo de como se construye un ambiente previo al partido. La persona que atiende un juego local, solamente tiene la opción de parquear y despues que abandona su carro, escuchar un grupito musical desconocido mientras se hace paso a la puerta de entrada.
Tal parece que la prioridad de esta administración es obligarte a que entres al estadio lo antes posible con la mayor cantidad disponible de dinero y lo puedas gastar dentro de este. ¿Quien será el comprador de Los Marlins? A pesar de que se mencionan tres grupos, dos ellos se uniran, mi opinión es que al precio de 1.3 billones no existe uno. Stephen Ross, dueño de los Dolphins, le hizo una oferta a Loria de $750 millones para cerrar relativamente rápido.
Esa cantidad es el valor que varias casas financieras han confirmado. Creo que el Sr. Ross sería el mas indicado a comprar, puesto que ya tiene experiencia como dueño y conoce nuestra ciudad. Como neoyorquino pudiera traer a Derek Jeter, quien espero sea la cara de esta novena por años a venir. Ni Jeb Bush ni Tagg Romney cuentan con esta experiencia.
El que compre este equipo no solo tendrá que afrontar todos los problemas anteriormente mencionados sino que en adición tendrá que reconstruir todas las sucursales. Año tras año estas son catalogadas como unas de las peores en el sistema de ligas menores. Son mis deseos que el futuro dueño sienta mas pasión y respeto por el deporte; al mismo tiempo que sea una persona que cuente con una visión diferente a las previas administraciones y así entregarle a esta ciudad lo que debió haber llegado el 5 de abril del 1993.