RÍO DE JANEIRO. El costo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro escenificados el año pasado fue de 13.100 millones de dólares, entre fondos públicos y privados, según un análisis de The Associated Press. Los jerarcas de la Autoridad Pública para el Legado Olímpico de Brasil indicaron el miércoles en una rueda de prensa que el costo de las “instalaciones deportivas” fue de algo más de 2.000 millones de dólares.
El comité organizador había dado un estimado previo de 2.800 millones de dólares para montar la cita olímpica. Esa entidad no reflejó el costo de otros proyectos relacionados a los Juegos, sobre los 11.000 millones de dólares. Pero las AP los obtuvo mediante documentación de agencias gubernamentales a nivel local, estatal y federal. Esos costos fueron para la construcción de línea de metro, un laboratorio antidopaje, la renovación de un puerto y la limpieza de la contaminada Bahía de Guanabara. El gobierno federal pagó 50 millones de dólares por el laboratorio antidopaje.
La línea de metro, cuya construcción se vio afectada por retrasos y que sirvió para el traslado de espectadores al Parque Olímpico, costó 2.980 millones de dólares. Según el informe de la contraloría estatal que se presentó en agosto, los sobrecostos de la ruta de metro fue de un 25%, Además, la renovación del Porto Maravilha, en la zona histórica de Río, le costó a la ciudad unos 4.200 millones de dólares.
“¿Debía Brasil, un país con semejante desigualdad, montar semejante evento con este nivel de inversión?”, cuestionó el fiscal federal Leandro Mitidiery.
Añadió que será complicado darle uso a las instalaciones olímpicas de un modo que generen suficientes ingresos para cubrir los gastos de mantenimiento. “Es un reto y entendemos las dificultades”, dijo Mitidiery. “Reconocemos las dificultades”. Los funcionarios presentaron las cifras en el Parque Olímpico situado en el suburbio de Barra da Tijuca, ahora mismo un sitio virtualmente abandonado.
El mes pasado un fiscal federal señaló que muchas de las estructuras son “elefantes blancos” que se construyeron “sin planificación”. Los Juegos de Río, que se inauguraron hace 10 meses, estuvieron marcados por un sinfín de problemas financieros y de organización, y se realizaron con el país hundido en su recesión más profunda desde la década de 1930. Paulo Marcio, presidente de la Autoridad Pública para el Legado Olímpico, esbozó planes para el uso de las instalaciones, aunque de manera difusa.
El Parque Olímpico ha servido para algunos eventos locales. Marcio no entró en detalles sobre costos e ingresos. La mayoría de las sedes ahora son administradas por el gobierno federal. Un plan para vender las sedes a empresas privadas fracasó cuando solo hubo un interesado. “Creo que a breve plazo voy a poder cumplir con este legado, y ya hemos tenido éxito”, dijo Marcio.
AP