Rafael "Felo'' Ramírez, una de las voces que ha definido el sonido del béisbol en todas las épocas y especialmente el de los Marlins de Miami, sufrió un accidente el miércoles en la noche que lo mantendrá por varios días en un hospital del área de Filadelfia. Varias fuentes confirmaron que el veterano narrador deportivo, de 93 años de edad, sufrió un golpe fuerte en la cabeza al tropezar cuando bajaba del ómnibus que transportaba al equipo rumbo al hotel.
"Dio un paso en falso y se cayó'', reveló Juan Martínez, director de mercadeo latino de la franquicia. "Se dio un golpe muy fuerte en la cabeza y comenzó a manar un poco de sangre. Todos los jugadores y el equipo entero lo socorrieron al momento''.
Afortunadamente, los primeros auxilios llegaron cuanto antes y transportaron al bayamés a un hospital de Delaware, donde se están alojando los peces que participan en una serie contra los Filis. Tras unas primeras pruebas en horas de la madrugada, se determinó que Ramírez no necesitará ningún tipo de cirugía y se encontraba en condición estable, aunque se valoraba la posibilidad de una prueba de resonancia magnética para establecer un mejor diagnóstico.
"Felo no va a regresar a Miami por lo pronto'', agregó Martínez. "De acuerdo con lo que hemos escuchado de los médicos, es posible que se mantenga en el hospital al menos unos tres días más''.
Ramírez ha sido un ejemplo de resistencia humana en todo lo relacionado con el béisbol al mantenerse firme tras los micrófonos desde los inicios de una dilatada carrera que dio sus primeros pasos en la década del 40 del siglo pasado.
Miembro del Salón de la Fama desde el 2001, el cubano es una figura reverenciada en todo el Caribe, sobre todo en Venezuela y Puerto Rico, y se le considera uno de los mejores de todos los tiempos. Su narración del hit 3,000 de Roberto Clemente es atesorada en Cooperstown, así como la descripción del juego perfecto de Don Larsen y del cuadrangular 715 de Hank Aaron, entre tantos momentos inolvidables que ha coloreado su voz.
Ha estado con los Marlins desde el nacimiento de la franquicia y nada parecía aminorar su marcha, aunque el constante viajar -sobre todo a sitios muy fríos- en una temporada de béisbol ya iba haciendo mella en su organismo y se hacían planes para que no acompañara al club en ciertas giras.
El retiro de Vin Scully al final del 2016, dejó a Ramírez y a Jaime Jarrín -los tres miembros del Salón de la Fama del Béisbol- como los últimos grandes patriarcas entre los comentaristas radiales en activo, aunque el cubano adquiere ribetes de leyenda.
"Yo no me retiro, esa palabra no entra en mi vocabulario'', había comentado Ramírez, durante un reciente homenaje en Miami. "Siempre estaré en mi puesto en la transmisión, narrando los triunfos y los fracasos de los Marlins. De mí no espero otra cosa''.
Por Jorge Ebro El Nuevo Herald