MADRID. El Real Madrid firmó su cuarto triunfo liguero consecutivo con imagen de firmeza, derrotando con comodidad al Espanyol en la semana en la que recupera uno de sus dos partidos atrasados y la posibilidad de asestar un golpe en la lucha por LaLiga, donde el Barcelona debe responder a la presión de Sevilla y Atlético de Madrid que vencieron sus partidos ante Eibar y Sporting.
Recupera la regularidad en resultados el Real Madrid de Zinedine Zidane, que venció con rotaciones y la gran alegría representada por Gareth Bale, quien 88 días después regresó a los terrenos de juego y lo hizo con gol para sentenciar un partido con poca historia (2-0). Porque el Espanyol saltó al Santiago Bernabéu recordando los últimos correctivos que se había llevado.
Preocupado más de defender que de hacer daño y pese a que tuvo la oportunidad de hacerlo en desventaja por un solo gol de Álvaro Morata, no dio el paso al frente en valentía necesario y acabó siendo castigado por Bale. Zidane batía un nuevo récord. 42 partidos consecutivos marcando. Su Real Madrid vuelve a volar tras una exhibición física y de concentración en Liga de Campeones para remontar al Nápoles y una imagen impoluta en una Liga que puede volver a decantar muy de su lado si vence el miércoles en Mestalla al Valencia.
Lo sabe el Barcelona, obligado a levantarse ante el Leganés del mayor varapalo del curso, goleado en Liga de Campeones por el PSG, que vio como el Sevilla le superó de nuevo en la clasificación y el Atlético de Madrid ha vuelto a recuperar antiguas sensaciones.
Es segundo el equipo de Jorge Sampaoli tras superar a un Eibar siempre combativo. Decidió la magia de Stevan Jovetic, que inventó en el primer acto un centro de gol a Sarabia tras pisar la pelota y salir con bicicleta; y sentenció el duelo en el añadido regalando el segundo a Vitolo (2-0) en el inicio de una semana grande en Nervión, son el Sevilla disfrutando de los octavos de final de Liga de Campeones antes del derbi con el Real Betis que paraliza la ciudad.
Mientras, los de Diego Pablo Simeone saldaron cuentas pendientes en El Molinón, estadio en el que nunca habían ganado en la ‘era Simeone’, mejoraron sus guarismos a domicilio, aumentando a cinco los triunfos lejos del Vicente Calderón, y sobre todo metieron continuidad a sus buenos resultados (1-4). Tercera jornada consecutiva ganando, mejoría de sensaciones en la semana en la que reaparece su gran sueño de ‘Champions’.
El encuentro lo decidió una segunda parte de locos. Con Yannick Carrasco abriendo la lata 11 segundos después de la reanudación, Sergio Álvarez empatando con un derechazo tras dos minutos para premiar el dominio sin éxito del Sporting y un desenlace al ritmo del gol de Kevin Gameiro. Tres tantos en cinco minutos, el primero tras una ‘delicatessen’ de Antoine Griezmann con un pase de exterior para el recuerdo, y dos más de disparos cruzados con la derecha. Tras el brasileño Bebeto, que anoto tres goles en cuatro minutos, pasa a ser el segundo más rápido de la historia de la Liga.
En otras batallas anda un Deportivo de la Coruña alicaído en el 2017. De nuevo se topó con un Alavés que ya le eliminó de Copa del Rey y ahora deja en la cuerda floja a Gaizka Garitano (0-1). Ocho partidos sin ganar en un 2017 negro, meten al equipo gallego en serios problemas, a tres puntos de caer al descenso. Un tanto de penalti de Manu García premio al conjunto vitoriano que se levantó con carácter de la mayor goleada liguera encajada, la que le asestó el Barcelona en Mendizorroza la pasada jornada.
EFE