KANSAS CITY. El duelo durará un buen tiempo. Pero los primeros pasos para superar la muerte del dominicano Yordano Ventura, quien falleció el domingo en un accidente de tránsito en la República Dominicana, probablemente comenzaron la mañana del viernes, cuando los Reales organizaron una ceremonia privada para honrar la vida de su compañero.
Casi 300 personas se dieron cita en un salón en el centro de Kansas City para escuchar historias y conmemorar la vida de Ventura. Varios de los oradores tuvieron que luchar con lágrimas y voces entrecortadas para poder terminar sus discursos.
“Dios ha debido necesitar un ‘Ace’ (como le decían a Ventura) en el cielo”, dijo el coach de pitcheo Dave Eiland entre sollozos. “Bueno, consiguió uno”. Uno por uno, miembros de la gerencia de los Reales y compañeros compartieron recuerdos de Ventura, su brazo de oro y su personalidad extrovertida. “Cuando venía subiendo en las menores, lo que todos queríamos saber era si iba a ser tan bueno como él decía”, dijo el gerente general asistente Scott Sharp, causando varias rizas. “Pero ya en serio, Yordano no era simplemente un pitcher. Era un ser humano, con defectos. Y lo queríamos por eso”. Efectivamente, varios oradores no pudieron resistir la tentación de contar historias sobre las cosas que hacía Ventura en el montículo, desde quedársele viendo a Mike Trout hasta golpear a bateadores rivales para proteger a sus compañeros.
“Era el hermano menor al que todos teníamos que vigilar y cuidar”, dijo el primera base Eric Hosmer. “Y no nos importaba hacerlo en lo más mínimo”. Por sobre todas las cosas, Ventura será recordado por su buena educación fuera del terreno, su carácter bromista y, por supuesto, su sonrisa. “Tenía el brazo de un hombre y la risa de un niño”, dijo el narrador Ryan Lefebvre. Otros trataron de poner en contexto la tragedia.
El manager Ned Yost recordó la pérdida de su propia madre en noviembre pasado. “Tenía 84 años y para ser honesto, le estaba rogando a Dios que se le llevase”, dijo Yost. “Estaba aliviado. Sabía que iba a descansar en paz, libre, y que iba a poder respirar (normalmente) otra vez. “Pero con Yordano, un muchacho de 25 años al que le cortaron la vida, aquí no hay paz”. El gerente general de los Reales, Dayton Moore, intentó buscar lecciones de las cuales aprender.
“Jamás voy a olvidar los lamentos, ni el llanto, de la madre de Yordano, de su tía, de su familia”, dijo Moore recordando el funeral del martes. “No quiero olvidarme de eso, porque eso hará que trate de cuidar más a la gente en el futuro y me hará una persona más indulgente”. El zurdo Danny Duffy dijo que aprendió muchas cosas de Ventura. “Era esa pasión suya por ganar”, dijo Duffy. “Creo que esta temporada vamos a jugar cada juego como si fuese el último de nuestras vidas”. Cuando la ceremonia terminó, el público aplaudió una última vez por Ventura.
Diario Libre