MADRID — Decidió Gareth Bale sin perturbar demasiado la siesta dominical del resto. Real Madrid venció por 3-0 al Leganés con dos tantos de Gareth Bale y uno de Álvaro Morata en el partido que marcó el regreso de Luka Modric a la acción después de un mes. La derrota ha sido un castigo cruel al Leganés; el que tenía una hoja de ruta definida y jugó desde el principio con esa "intensidad" de la que tanto se queja Zidane.
Real Madrid mostró una vez más que sin el mediocampista croata en el campo sus recursos son rudimentarios y limitados. Leganés intentaba jugar un partido serio con una presión eficaz a la salida del balón de los merengues, lo que provocaba un sin fin de pérdidas de balón en la mitad local de la cancha, e intentando sacar el máximo de los contragolpes. La diferencia entre los dos equipos en la cancha era notoria; el que sabía lo que estaba haciendo y el que jugaba a al azar. A salirse con la suya en un golpe de suerte, o dos.
.@realmadrid extiende su racha invicta a 28 PJ (21 victorias) con el triunfo de hoy vs Leganés. — ESPN Datos (@ESPNDatos) 6 de noviembre de 2016
El primero llegó después de 37 minutos. Por supuesto, fue un balonazo de Isco bien aprovechado por Gareth Bale, que arrancó alineado con la defensa pepinera imponiéndose por velocidad antes de batir a Serantes en un mano a mano. Hasta entonces, el Madrid no había logrado inquietar siquiera al arquero del Leganés. El segundo tras una carambola en el área al final de la primera parte. De nueva cuenta fue Gareth Bale el encargado de resolver aunque apuradamente y de una manera menos elegante en un cobro de una falta lejana en que Morata sirvió con un cabezazo para que el galés, crca de la línea, empujara el balón. Leganés ya no se veía tan ordenado y voluntarioso tras el descanso.
Pero Madrid, que seguía ligeramente amodorrado, tardó en aprovechar la situación para aumentar su ventaja y no sin antes llevarse un susto cuando Rubén Pérez le ganó en la carrera a Dani Carvajal y soltó un riflazo desde la frontal que Keylor desvió apuradamente. Al conjunto merengue le cambió la cara cuando Luka Modric hizo su aparición con cerca de media hora por jugarse.
El croata, operado de la rodilla a principios de octubre, les devolvió la chispa y las ideas de juego. Su presencia dio sentido de dirección a los de Zidane, que solo entonces, empezaron a atacar con jugadas un poco más elaboradas. Quince minutos después, Morata marcaba el 3-0 aprovechando un centro medido de Toni Kroos después de deshacerse de dos defensas.
Ni la "intensidad" del Madrid ni la ambición pepinera dieron para más. ¿Y Cristiano? Su aportación se resumió a una bicicleta inconsecuente desde que entregó el balón en el intento de cederlo a Isco, la falta mal cobrada de cada jornada y dos tristes disparos flojos y desviados. Al menos el Madrid mantuvo el liderato y por primera vez en once partidos pudo mantener la puerta a cero. Que ya es ganancia.
Paola Núñez / ESPN Digital,