NUEVA YORK. Conor McGregor quiere hacer historia en la UFC, sin necesidad de una silla. McGregor, quien trató de cometer una agresión con una silla en una conferencia de prensa previa al combate, podría ser el primer gladiador de la UFC en ostentar simultáneamente los cinturones de dos categorías distintas. “Esto jamás ha estado siquiera cerca de ser una realidad en la UFC”, comentó McGregor. “Y hacerlo en un escenario monumental como éste, sería uno de mis momentos de mayor brillo”. Tan sólo hay que imaginar a McGregor, con dos cinturones sobre el hombro, mientras abandona el Madison Square Garden, el mismo lugar donde los Rangers en el hockey sobre hielo y los Knicks en la NBA apenas si sueñan en coronarse.
Nueva York ha puesto fin a una lucha de dos décadas, y ha legalizado los combates de artes marciales mixtas. Para conmemorar la ocasión, la UFC ha programado quizás la cartelera más atractiva en la historia de esa empresa. McGregor peleará contra el campeón de los ligeros Eddie Álvarez en la contienda principal de la función UFC 205 , que se realiza este sábado en el Madison. Joanna Jedrzejczyk defenderá el cetro de mujeres en el peso paja, midiéndose a Karolina Kowalkiewicz, y Tyron Woodley, campeón wélter, chocará con Stephen Thompson.
Los combates llaman tanto la atención que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha dicho al mandamás de la UFC Dana White que podría asistir para sentarse junto a la jaula de combates. Ver a Trump en este recinto no sería una sorpresa. White ha hablado en varias ocasiones sobre la amistad que lo une con el ganador de los comicios presidenciales de esta semana. En julio, el empresario de la UFC habló en la Convención Nacional Republicana.
La compañía StubHub vendía boletos por no menos de 700 dólares el viernes por la tarde. Un par de butacas junto a la jaula está disponible por 30.000 dólares. Se trata de morralla para el astro irlandés McGregor, quien se paseó por Nueva York en un Rolls Royce Ghost negro, que tiene pintado su apodo “Notorius” y su retrato. La UFC trabajó por años para convencer a los políticos de que tenía sentido regular las artes marciales mixtas y dar a sus combatientes la oportunidad de luchar en la misma sede en que han aparecido leyendas del boxeo como Muhammad Ali y Sugar Ray Robinson. La UFC cabildeó ante legisladores, realizó conferencias de prensa, organizó exposiciones para los fanáticos, ofreció sesiones de firmas de autógrafos y llevó a cabo todo tipo de actos promocionales en Manhattan.
En 2014, dentro del marco del Super Bowl, la UFC realizó una función cerca de Nueva York, en el Prudential Center de Newark, Nueva Jersey. En abril, legisladores estatales y el gobernador demócrata Andrew Cuomo accedieron a levantar la prohibición. La ley que autorizó los combates de artes marciales mixtas entró en vigencia en septiembre.
AP