LOS ANGELES — Golden State Warriors (4-2) es el equipo a batir, el plantel contra el que todos se emplean a fondo afrontando cada partido como si fuera una final. La amenaza es constante para Kevin Durant, Stephen Curry, Klay Thompson y compañía. Los juegos se hacen eternos y si además eso sucede cuando las tuercas no están apretadas del todo el daño es tremendo. Y si no que le pregunten a Los Angeles Lakers (3-3), que no dieron opción a unos Warriors que navegaron entre la aguas de precipitación y cansancio antes de caer de manera estrepitosa (117-97).
“Es nuestra derrota anual ante los Lakers en el Staples”, bromeó Steve Kerr aludiendo a la que lograron al final de la temporada pasada. “Fue una combinación, usamos demasiada energía anoche, pero con la emoción no es suficiente, también hace falta ejecutar cuando buscas consistencia en las victorias”, agregó. Las innumerables sonrisas de Durant después de anotar 39 puntos el jueves en la trabajada victoria ante Oklahoma City Thunder se tornaron en frustración un día después en el Staples Center.
Su cara fue un poema a pesar de lograr 27 puntos y extender su racha anotando 20 unidades o más durante 70 encuentros, superando así el registro de Michael Jordan de la campaña 1990-91 y empatando en el sexto puesto con Kareem Abdul-Jabbar. No fue el único en poner morritos, sus compañeros también evidenciaron su frustración, no fue para menos cuando un grupo joven, dinámico y garante de una energía desconocida en las últimas temporadas les barriera por una diferencia de 20 unidades.
“No tenían nada que perder. Jugaron sueltos, juntos, con energía, contagiados por los fans y nos golpearon en la boca”, argumentó Durant. El encuentro será recordado como la primera victoria de Luke Walton ante su exequipo y por el pobre balance de Curry desde el perímetro, dejó tanto que desear (0-de-10) que se convirtió en la primera ocasión en la que se quedó sin anotar desde el perímetro en 157 partidos. De esta manera puso fin a la mejor racha ‘triplera’ de la historia de la NBA. Los Lakers aprovecharon la ocasión para sumar su segunda victoria en casa de la temporada.
Seis jugadores laguneros alcanzaron dobles dígitos y tanto Julius Randle (20 puntos y 14 rebotes) y Lou Williams (20 puntos y cuatro asistencias) fueron los protagonistas. D’ Angelo Russell (17 unidades y cuatro asistencias), Nick Young, Larry Nance Jr y Brandon Ingram lograron 12 puntos. “Compartimos bien la pelota. Estamos confiando los unos en los otros y entendiendo que debemos hacerlo para ganar partidos.Debemos compartir el balón y pasarlo al jugador que esté abierto.
Simplemente estamos jugando, nos estamos divirtiendo y nos está funcionando”, sostuvo Williams. La imagen que los Lakers brindaron a su afición da lugar a la esperanza. Hasta Jack Nicholson vibró en su asiento con las clavadas de Nance Jr, la movilidad de balón (26 asistencias), el trabajo defensivo (sobre todo en los rebotes donde alcanzaron 52 frente a 40 de sus rivales), la cadencia que está demostrando Russell a la hora de organizar el juego, la química del conjunto o la actuación de un Williams arrollador en el último periodo (alcanzó 10 puntos). Estos se convirtieron en argumentos de sobra para que los Lakers maravillaran al graderío. Los jugadores tuvieron razones de sobra para disfrutar el momento en el vestuario.
“Estuvieron riendo y disfrutando. Así debería ser cuando se pone tanto esfuerzo en algo. No fue fácil y los chicos están agotados. Algunos dieron un paso al frente en diferentes momentos del partido y disfrutaron”, apuntó Walton. “Miramos al proceso en general y no es suficiente con ganar a Golden State Warriors y luego perder en casa el domingo. Tenemos que conseguir que el Staples sea duro para los otros equipos y que logremos victorias aquí”, argumentó. El próximo encuentro de los Warriors será ante los Pelicans de Nueva Orleans, mientras que los Lakers se medirán a Phoenix Suns.
Por Gonzalo Aguirregomezcorta | ESPN