CAROLINA – El ‘utility’ cubano Héctor Olivera Amaro vio cumplido el sueño de cualquier pelotero al no solo llegar a las Mayores, sino que entró al “Gran Espectáculo” con un contrato de $62.5 millones a seis años con una franquicia emblemática e histórica, como los Dodgers de Los Ángeles.
Su fichaje el 24 de marzo de 2015 consagró los logros alcanzados por Olivera en la Serie Nacional de Cuba, donde vistió los colores de las Avispas de Santiago de Cuba, y con la selección nacional, con quienes ganó plata en las Olimpiadas de 2008 en China. Sin embargo, casi un año y medio después del que fue uno de los días más importantes de su vida, Olivera se encuentra de regreso en la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC) jugando con los bicampeones Cangrejeros de Santurce y en busca de obtener otra oportunidad de jugar con un equipo en las Mayores.
“Todavía estoy cogiendo mi ritmo y he venido a Puerto Rico para buscar una nueva oportunidad en el béisbol de las Grandes Ligas. Me siento bastante bien en Puerto Rico”, dijo Olivera a El Nuevo Día. El recio y experimentado pelotero atrajo la atención de múltiples franquicias en las Mayores tras escapar en el 2014 y fueron los Dodgers quienes adquirieron sus servicios y añadieron otra estrella cubana a un roster repleto de prospectos cubanos como su compatriota Yasiel Puig, a quien ficharon en el 2012, a Alex Guerrero, a quien añadieron en el 2013 y a Yasmani Grandal, quien llegó mediante cambio en el 2014.
Descarrilado por un arresto
La carrera de Olivera con los Dodgers tuvo un buen arranque en el 2015 al dividir tiempo entre Tulsa (Doble A) y Oklahoma City (Triple A), pero su paso tomó un rumbo distinto tras ser cambiado el 30 de julio de 2015 a los Bravos de Atlanta en un cambio entre tres equipos y en el que 13 jugadores cambiaron de uniforme.
Fue con los Bravos que Olivera finalmente jugó su primer partido en las Mayores (1 de septiembre de 2015), y seis días después consiguió su primer jonrón contra los Filis de Filadelfia. Luego, jugó con los Criollos de Caguas en la campaña 2015-2016 de la LBPRC y comenzó el proceso de transición del cuadro interior al jardín izquierdo. Sin embargo, Olivera fue arrestado el 13 de abril de 2016 (unas semanas después del inicio de la serie regular) en un hotel en Washington, D.C., y acusado de agredir a una mujer.
Los Bravos lo colocaron bajo licencia tras el arresto y, luego de una investigación realizada por la Oficina del Comisionado de las Grandes Ligas, Olivera fue suspendido por 82 partidos, sin paga, por violar el reglamento de violencia doméstica de la liga. La investigación de las Grandes Ligas apoyó las acusaciones hechas en el informe policial y encontró que Olivera fue responsable de causar moretones en el cuerpo de una mujer.
Una portavoz de la Policía en Arlington, Virginia, dijo que la mujer y Olivera se conocían. Los Bravos cambiaron a Olivera el 30 de julio (durante su suspensión) a los Padres de San Diego por Matt Kemp, y San Diego lo dejó libre 10 días después. Entonces en septiembre, fue condenado en Virginia por agresión y sentenciado a cumplir 90 días en cárcel, sentencia que luego fue reducida a 10 días. Actualmente el pelotero refuerzo de los Cangrejeros es agente libre.
Una equivocación
Olivera dijo que, como todo ser humano, se equivocó, pero cumplió con la suspensión y la sentencia y ahora tiene su mirada puesta en el futuro y en obtener una segunda oportunidad en las Grandes Ligas. “Las cosas sucedieron y todo ser humano tiene derecho a equivocarse. Me equivoqué y, quizás, la culpa no fue mía, pero nada, estoy aquí buscando una segunda oportunidad. Ya lo pasado quedó en el pasado y ahora estoy mirando hacia el futuro y ponerme en lo que me toca a mí, que es jugar pelota.
Lo estoy haciendo aquí y estoy tratando, poco a poco, de recuperar mi forma para buscar un contrato nuevo y una segunda oportunidad”, enfatizó Olivera. Al preguntarle si el pasar por el proceso judicial y ser condenado a 10 días de cárcel lo cambió como persona, el jugador cubano contestó que “yo sigo siendo la misma persona, sigo siendo el mismo muchacho de siempre. Como dije ya, eso son cosas de la vida que uno tiene que afrontar y seguir hacia adelante.
Ya el pasado se quedó atrás y mi vista es hacia el futuro. No pienso en nada de eso y me estoy enfocando en el béisbol”. “Me han dado la oportunidad de jugar pelota en Puerto Rico y, poco a poco, me estoy enfocando en mí. He dejado atrás todos los problemas y cosas que me puedan afectar; ya cumplí con mi sanción y lo que me queda ahora es mirar hacia adelante”, añadió.
Enfocado en estar en condición
Olivera apenas jugó 24 partidos con los Bravos, quienes lo proyectaban como un jugador titular al adquirirlo de los Dodgers. El pelotero de 31 años ahora trabaja en caer en tiempo nuevamente para demostrar que pertenece en las Grandes Ligas y, de paso, ayudar a los Cangrejeros en su misión de obtener su tercer campeonato al hilo. “La liga de Puerto Rico será buena para tener exposición. En estos momentos Puerto Rico es el único país donde puedo jugar béisbol invernal. Pienso que me hace falta empezar de nuevo en mi carrera y hacer lo que me gusta, que es jugar béisbol. Puerto Rico me viene muy bien”.
En cinco partidos con Santurce Olivera tiene promedio ofensivo de .143, pero llevaba mucho tiempo sin ver pitcheos en vivo. “Ahora, principalmente, tengo que enfocarme un poquito más en el bateo, pues estuve mucho tiempo sin jugar y ver pitcheos en vivo. Creo que jugando todos los días y mirando a los lanzadores me va a poder dar un toque en mi carrera porque la confianza se adquiere en el terreno. Me voy sintiendo mejor con cada partido que pasa”, señaló Olivera quien tiene garantizado por los próximos cuatro añosun salario de sobre $46 millones que serán pagados entre los Dodgers y los Padres.
“Santurce se ve que es un buen equipo; es un equipo muy aguerrido, hemos tenido buenos partidos y hemos salido hacia adelante. Me siento muy bien en este equipo, me llevo muy bien con los entrenadores y los muchachos y tenemos muy buena armonía. Tienen que contar con los Cangrejeros”, puntualizó Olivera.
Por José Ayala Gordián ELNUEVODIA
