BARCELONA — Messi ya le ha marcado 19 goles al Valencia, con los dos de este sábado que acabaron por ser decisivos para que el Barcelona se llevase de Mestalla una victoria agónica y que descubrió la dependencia que el equipo de Luis Enrique mantiene de sus cracks. Leo abrió y cerró el marcador en Valencia, Neymar recibió más patadas que nadie y Suárez, protagonista sin quererlo en el 0-1, sufrió el penalti que dio paso al 2-3 definitivo… En una jugada, la última del partido, montada personalmente por la MSN.
Lesionado apenas comenzar el partido Iniesta, el Barcelona mantuvo el tipo en la primera mitad pero se rompió en la segunda, cuando más precisaba de ofrecer su mejor versión. Fue entonces cuando el Valencia le plantó cara a la contra, cediéndole terreno y descubriéndose una tarde antipática para el equipo de Luis Enrique.
MÁS MESSI QUE NUNCA
Messi, más líder que nunca, no solamente fue el personaje indicado para cerrar la tarde. Cuando marcó Rodrigo el 2-1 reclamó calma a sus compañeros y contestó al 2-2 de Suárez con palabras de ánimo para todo aquel que le rodeó. Parecía repetir que a pesar de todo, de los problemas de la segunda parte, de la contestación del rival y de los síntomas de cansancio, falta de intensidad y en ocasiones pasividad, llegaría algún momento cumbre con el que conquistar esa victoria que tan lejana parecía. Partido a partido el crack argentino enseña sus credenciales sin necesidad de expresarse de manera continuada.
Está en el lugar oportuno en el momento necesario y es a través suyo que el Barça mantiene el tipo en partidos antipáticos como el disputado en Mestalla. El Valencia sobrevivió como pudo a una primera mitad exigente como pocas y le volteó el marcador en cuatro minutos mágicos para la hinchada local y deprimente para un Barcelona desdibujado y perdido. Pero Messi, lanzando un guiño al banquillo, expresó su calma.
De la Pulga eléctrica que nació para el Barça hace más de una década, se ha pasado a una Pulga se diría que sobrenatural, que conoce los secretos más profundos de cualquier partido para comprender el cómo y el cuándo. Por eso al final se acercó al balón para dibujarle el desmarque a Suárez y, derribado el uruguayo, ni dudó en tomar el protagonismo. Ni el gafe con los penalties ni la presencia de Diego Alves enfrente hizo temblar la figura de Messi. ¿Qué es Messi? Esto es Messi. Ni más ni menos. Sobrenatural.
Por Jordi Blanco / ESPN