La leyenda del niño Joseito
Por Reynaldo Lopez Jr
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Sabía que sería una noche para no olvidar, que entraría con la cabeza abajo y me iria con lágrimas en los ojos. Presentía que sería una noche dolorosa no solo para mí, sino también para miles de fanaticos que estarían presente en ese estadio dándole honor a quien honor merece. Asi fue después de llegar a la línea de la entrada del estadio que era la primera vez que la veía en la temporada con larga espera y con un dolor que estaba en el ambiente, que se sentía de tan solo respirar el aire que rodeaba a cientos de personas con el corazón destrozado.
Nadie lo creía, pero si José Fernandez esa noche no estaba presente junto a su equipo como estaba planificado, si lo estaba de otra forma, no solo en la espalda de todos los peloteros con el uniforme numero 16, si no también junto a ellos en ese banco como siempre lo hizo con la alegría que lo caracterizaba. Comenzaba el partido y todos gritaban José !!! José !!! José !!!. Era imposible no erizarse y dejar correr las lágrimas, se había perdido no solo al ídolo del equipo si no a un muchacho con un corazón enorme y un niño como de cariño le decían sus compañeros.
Llegó el momento de sentarse y de presenciar lo que nadie a lo mejor se esperaba pero que José si sabía que pasaría, pues José si sabía que no podía dejar solos a sus compañeros en su partido, en el que todos llorarían y mirarían al cielo preguntándose: No es cierto, Delfin no se fue.
Una vez más no los defraudaría y lograría que su equipo le ganara al fuerte equipo de los Mets de Nueva York haciendo milagros desde el mismo comienzo del partido, cuando el primer bate Gordon connectó en su primer turno al bate su primer home run de la temporada, cuándo el mismo confesó que ni en las practicas de bateo podia lograr esa conexión que viajó lejos hasta la segunda sección de gradas, fue imposible para el aguantar la emoción y llegó al banco en llanto donde todos los recibieron con abrazos y lágrimas en los ojos, al mismo ritmo todos en las gradas soltamos las lágrimas porque sabíamos que Joseito estaba en el terreno e iba a ganar junto a su equipo.
Fue la primera vez en mi vida que veía ganar a los Marlins y salía con la cabeza abajo, con los ojos aguados y diciéndome por dentro porque la vida quita personas que no merecen irse y en el momento más feliz de su vida. Hoy dejas un gran vacio no sólo en tu equipo si no en todas las personas que te seguían en el mundo entero, a lo más importante de tu vida que era la familia, hoy dejas algo que nunca nadie va a poder olvidar. La leyenda del niño Joseito.
