SPRINGFIELD, Mass. – Sólo Allen Iverson podría dar un discurso de aceptación al Salón de la Fama con nombres de raperos de los 90 y con agradecimientos a casi todas las personas que conoció durante su carrera como basquetbolista. Sólo Shaquille O’Neal podía seguir a Iverson con una entretenida rutina de comedia que tuvo como víctimas a ex coaches y ex compañeros y que incluyó el relato de una novela.
Shaq e Iverson encabezaron al grupo de 10 miembros de la Clase 2016 que entró el viernes al Salón de la Fama, que es una de las que más figuras presenta en la memoria reciente y que también presentó entre sus integrantes a la estrella internacional Yao Ming, a la leyenda de la WNBA Sheryl Swoopes, al coach Tom Izzo y al dueño Jerry Reinsdorf, arquitecto de los Chicago Bulls campeones de Michael Jordan en los años 90. “Si conozco a mi papá, sé que está allá arriba discutiendo con Wilt (Chamberlain) sobre que su hijo es el mejor gran hombre en este deporte”, dijo Shaq.
Los homenajes póstumos fueron para el réferi Darrell Garretson, quien pasó 27 años en la NBA; John McLendon, el primer coach afroamericano en una liga profesional; Zelmo Beaty, quien guió a Prarie View a un título de la NAIA en 1962 y brilló en la NBA y en la ABA, así como a Cumberland Posey, quien es también miembro del Salón de la Fama del Beisbol.
Shaq fue un imán de taquilla durante su carrera por su gran tamaño y clavadas, pero también porque exhibió una personalidad tan juguetona como provocadora en la duela. Y la presumió el viernes. Shaq fue el último en dar su discurso en lo que fue una humorosa disertación que abarcó su carrera en el basquetbol. Su discurso tuvo momentos serios, como cuando agradeció a sus papás, Phil Harrison y Lucille O’Neal, por darle la disciplina y ganas de salir adelante con las que se manejó en la NBA.
Pero también ofreció momentos muy destacados, como cuando agradeció a su ex compañero en Los Angeles Lakers, Kobe Bryant. “Kobe Bryant: Un tipo que me presionó y me ayudó a ganar tres títulos consecutivos. También me ayudaría a que me sacaran del equipo y me cambiaran a Miami”, dijo Shaq con claro tono irónico. Antes de que Iverson fuera presentado en la ceremonia, la primera mención de su nombre provocó una fuerte ovación en la audiencia. Vestido todo de negro, el ex Jugador Más Valioso conocido como “A.I”, mandó besos mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
“Gracias a Dios por su amor y por bendecirme”, dijo Iverson. “Por ser el hombre que soy ahora y por no tener remordimientos por ser el hombre que soy ahora: un hombre amado por su familia, por sus compañeros y por sus aficionados”. Intentando contener las lagrimas, Iverson agradeció al ex coach de Georgetwon, John Thompson, “por salvarme la vida”. “(Luego que) el incidente sucedió en la preparatoria y había perdido todo, ninguna otra escuela me reclutaría. Mi mamá fue a Georgetown y le rogó (a Thompson) porque me diera una oportunidad. Y lo hizo”, relató Iverson. Recordó que salió de Georgetown sólo como “un buen jugador promedio”. “Pero, una vez que comencé a escuchar a Larry Brown y a ser criticado constructivamente, aprendí lo grandioso, grandioso coach que Larry realmente es… Por eso pude ser Jugador Más Valioso”, afirmó Iverson.
El último agradecimiento de Iverson fue para su esposa Tawanna. “Simplemente eres lo mejor para mí. Quiero que estés orgullosa de que eres miembro del Salón de la Fama”, le dijo a su esposa.
La llegada de Yao de China a la NBA en 2002, instantáneamente ayudó a que el juego fuera conocido en el mundo. Yao fue el primero en ser ingresado al Salón de la Fama, honor que, en broma, dijo que debió ser de Iverson. “¿Saben por qué? Porque necesito practicar más que él”, dijo Yao, al tiempo que la el público rompió en un fuerte aplauso y Iverson sonreía. Yao también agradeció a sus primeros mentores en China, al ex comisionado David Stern por la visión de querer a Yao jugar en la NBA, así como a sus primeros compañeros en los Houston Rockets.
También mencionó a ex coaches de la NBA, incluido Rudy Tomjanovuch y Jef Van Gundy. “Siempre los consideraré parte de mi familia. Soy texano y un Houston Rocket de por vida”, afirmó el asiático. En su discurso, Reinsdorf, quien fue dueño de los Bulls por varios años, hizo una crónica de lo que lo llevó a comprar al equipo en 1984.
Fue una decisión por la que, dijo, el legendario dueño de los New York Yankees, George Steinbrenner, le aseguró que no ganaría dinero. Y Reinsdorf gozó probar que estaba equivocado. “Ha sido una gran vida. Sé que estoy en el último cuarto, pero espero ir al tiempo extra”, agregó el ex propietario. Como su papá, Shaq también tiene un deseo. “Un día, cuando un papá le hable a sus hijos sobre los ejores jugadores del basquetbol, espero que Shaquille O’Neal sea parte de la respuesta”, sentenció. Información de Chris Forsberg de ESPN y de AP fueron usadas en este reporte.
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