El Real Madrid cumplió con la costumbre y se llevó la victoria en su visita a un Espanyol que le plantó cara como hacía tiempo que no se veía… Pero acabó cediendo su novena derrota consecutiva ante los merengues. El líder sigue así con paso firme, habiendo ganado las cuatro jornadas disputadas para mantenerse solo en lo alto y alcanzando 16 victorias consecutivas en el campeonato. Con suerte, o no, su cabalgada es impresionante. Por mucho que en este partido de Cornellà la crueldad castigase excesivamente la entrega de un Espanyol que mereció mejor resultado.
En un partido peleado y en el que la ausencia de Cristiano Ronaldo y Bale restó velocidad a la delantera del Real Madrid, los detalles acabaron decantando la balanza a favor del equipo de Zidane. Alcanzó el descanso con un impensable 0-1 en tiempo añadido y cerró la victoria a los 70 minutos por medio de Benzema, aunque antes de todo ello ocurrieron no pocas cosas en un duelo que el Espanyol peleó hasta la extenuación y en el que le quedó la sensación de haber sido penalizado de manera injusta.
Ocurrieron detalles como la tarjeta perdonada por el árbitro a Sergio Ramos por unas manos clarísimas que el central disimuló con la cara y que, siendo la segunda habría significado su expulsión; como una falta inexistente en ataque señalada en tiempo añadido al Espanyol y cuyo desenlace acabó con el 0-1 de James; como una plancha no vista de Pepe en el área merengue…
Detalles que provocaron que una primera mitad peleada con una intensidad que no se recordaba en los periquitos en sus duelos con el Madrid acabase con un doloroso 0-1 en el marcador. A la mayor calidad del equipo de Zidane contestó el Espanyol con una encomiable entrega y una dureza en ocasiones exagerada, no dando un balón por perdido y entregado a una causa común que encendió el ánimo de una grada ilusionada con la imagen de los suyos. Intermitente Modric y apagado James hasta la jugada del gol (tan afortunada como brillante), la pronta lesión de Casemiro hizo cambiar el plan al Madrid, que quizá acusó más el percance que el Espanyol, que perdió muy pronto a Piatti en otra jugada desafortunada. Pudo adelantarse el equipo catalán en un remate franco de Leo Baptistao al que respondió Casilla pero la primera mitad se desarrolló con un dominio sordo y poco efectivo del Madrid que invitaba a pensar en llegarse al descanso con 0-0.
Hasta que todo cambió en tiempo añadido. Una falta inexistente sobre Carvajal cerca del área madridista, que dejaba en posición franca a Hernán Pérez, desembocó en el ataque merengue, en una jugada entre embarullada y brillante de James y que acabó con el disparo raso y cruzado del colombiano que sorprendió a Diego López. Minuto 45+2 y gol del Real Madrid.
TODO Y NADA
Casado con la fortuna, el equipo de Zidane se fue al descanso con una ventaja que se antojaba inmerecida y la sensación de que el Espanyol ya había dado todo lo que podía para dar la campanada. Pero en la segunda mitad los de Quique Sánchez Flores plantaron cara hasta que Benzema rompió el partido a los 70 minutos, rematando al primer palo un centro raso de Lucas Vázquez.
Antes de ese 0-2 los blanquiazules protestaron una más que sospechosa plancha de Pepe sobre Leo Baptistao en el área merengue o Diego López salvó milagrosamente un remate envenenado del propio Benzema, en un toma y daca constante del que acabó saliendo cruelmente señalado el Espanyol. Pero a partir del gol del delantero galo, inmediatamente sustituido por Morata, se dio por hecho que el partido estaba finiquitado. Cansado y un tanto deprimido, el equipo catalán rebajó su intensidad y el Real Madrid encontró la comodidad que no tuvo antes. Apenas hubo ya tiempo para que Quique le diera sus primeros minutos al mexicano Diego Reyes, quien entró en lugar de Roca en una recta final sin historia…
Para repetir una historia ya conocida. El Espanyol quiso pero no pudo. Y el Madrid sumó ante los periquitos su novena victoria consecutiva para alcanzar 20 partidos sin perder, con 17 victorias, para seguir con paso firme en la Liga, donde tras disputar cuatro jornadas mantiene el pleno de puntos.
Por Jordi Blanco ESPN
