MADRID (Paola Núñez, ESPN) Cristiano Ronaldo volvió a la acción después de dos meses para abrir el marcador en la victoria por 5-2 del Real Madrid sobre Osasuna en el encuentro disputado este sábado en el Santiago Bernabéu. Cristiano hizo su tarea a los cinco minutos. Apenas tuvo que empujar el balón; con gran ayuda de la defensa del Osasuna, Gareth Bale había hecho todo lo demás. Desde burlar a Unai García sin que se diera cuenta, hasta el pase medido para que el '7' se estrenara en Liga con todas las de la ley. El portugués no se volvió a ver hasta pasada la hora de juego cuando dejó su puesto en la cancha a Karim Benzema.
Tampoco hizo mucha falta. El resto de la faena corrió a cargo de un Real Madrid organizado y hasta mecanizado en ataque. Desde el triángulo de en medio, que sin Casemiro, tenía como pilar a Kroos con Kovacic y Modric de organizadores, hasta las idas y venidas de Gareth Bale y Álvaro Morata, que cada vez se ve más aclimatado al equipo merengue y en especial a jugar al lado del galés.
Los chicos de Zidane se buscan ya por inercia y ponen especial cuidado en conservar el balón. De manera que al Osasuna, sin mayor recurso que esperar al robo en la media para lanzarse a la contra, hasta eso le resultó bastante complicado. Madrid le tomó pronto la medida al recién ascendido y dedicó la primera media hora a marearlo. Y habrían seguido en esas, trabajando bajo la ley del mínimo esfuerzo de no haberse llevado un susto cuando en una de esas raras llegadas del equipo visitante, Unai García estrelló un balón en el travesaño.
La reacción fue inmediata y antes de que Osasuna se diera cuenta ya perdían por 2-0. Danilo, que ya había fallado una ocasión clara, no perdonó cuando pescó un balón mal despejado en el borde del área grande. Nadie lo marcaba de tan pocos balones que le llegan al '23' merengue y ni sus propios compañeros lo vieron venir.
El tanto fue un golpe tan duro a la moral rojilla, que apenas pusieron resistencia en la recta final de la primera parte, que culminó con el 3-0 producto de un cabezazo limpio de Sergio Ramos en un tiro de esquina. Los visitantes, que se habían marchado cabizbajos al vestidor, volvieron con toda la intención de, al menos, recortar la ventaja del cuadro merengue y evitar así una humillación, pero antes de que pudieran probar realmente a Kiko Casilla, Pepe ya había puesto el cuarto. Un tiro de esquina mal defendido más y colaboración extra del arquero Nauzet, que llega a rozar el balón.
Poco después, fue turno de Modric, que con un potente disparo desde fuera puso el 5-0 antes de abandonar la cancha en medio de una ovación para dejar su lugar a Marco Aseniso. Madrid, como siempre que se envalentona con una aplastante ventaja, bajó la guardia. Y es ahí donde se le ven las costuras. Sin un medio de contención natural en la cancha y la banda derecha mal cubierta sin Carvajal, hace falta muy poco para que al Madrid se le noten las costuras por segura que sea la defensa central. No es frecuente y hace falta que el Madrid se vea a sí mismo como ganador, pero pasa.
Así se les coló De las Cuevas, que vio mal colocada a la defensa merengue y le puso un balón a modo a Oriol Riera desde la banda derecha. Y así llegó el segundo tanto de Osasuna, a poco más de diez minutos del final, un cabezazo de David García. Fue el tanto de la desesperación rojilla, que sigue sin ganar esta temporada, después de que Kiko Casilla detuviera un penal. No pudo hacer nada más el equipo visitante que a la siguiente jugada perdió a Tano por doble amarilla. Para entonces hacía rato que Zidane se había guardado a Cristiano y hasta a Bale dando la tarea por hecha y pensando ya en el Sporting de Lisboa.
