MIAMI.- La medalla de plata conseguida el domingo por Yulimar Rojas, la primera de Venezuela en Río 2016, ha despertado una enorme alegría en una país que presenta muchas dificultades para preparar a sus atletas. Creció en una zona humilde de Puerto La Cruz, al oriente del país caribeño, en una pequeña casa que ni siquiera tenía servicios básicos, aunque le sobraban las goteras durante los días de lluvia.
Así vivió hasta hace apenas un par de años cuando un contacto a través de la red social Facebook le cambió la vida. Aquella tarde, la actual campeona del mundo y subcampeona olímpica, le envió una invitación de amistad al cubano Iván Pedroso, multicampeón del salto largo que posteriormente se convirtió en entrenador. "Cuando Facebook me lo sugirió de amigo, decidí escribirle, le dije que era una joven atleta de Venezuela, que él era mi ídolo y que quería entrenar con él", contó Rojas al diario "Líder en Deportes", de Venezuela. Era entendible su admiración e interés.
En su mejor época, Pedroso se colgó el oro olímpico en Sídney-2000, cuatro oros mundiales consecutivos al aire libre, y cinco bajo techo. En ese momento, Yulimar pensó que quizás nunca recibiría una respuesta, pero al menos lo había intentado.
Sin embargo, Pedroso no tardó en responder diciéndole que hacía tiempo que la venía siguiendo por lo que no dudó en ofrecerle una oportunidad para viajar a España a entrenar con él. Le cambió la vida Luego esas conversaciones, Rojas viajó a Guadalajara (España), cerca Madrid, donde comenzó a entrenar con Pedroso. No habían pasado tres meses cuando ya había mejorado su marca medio metro. Fue entonces cuando llegó el Mundial de atletismo en pista cubierta de Portland. Allí Yulimar Rojas logró dar la gran sorpresa al colgarse la medalla de oro. Aquella humilde joven de un barrio de Puerto La Cruz pasó a tener un contrato con Nike y estar a las puertas del debut en la Diamond League.
“Al principio no me lo creía, le daba gracias a Dios por la oportunidad, era como un sueño, a cada rato me preguntaba si sería verdad, pero después empecé a sentir la realidad, porque el trabajo era durísimo y el cambio súper drástico. Todo era diferente, durísimo, pero yo iba agarrando confianza, las cosas se me iban dando más rápido”, aseguró Yulimar a la periodista Eumar Esaá en marzo, sin imaginar aún lo que estaba por venir…
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