Neymar ha marcado en menos de 15 de segundos desde el pitido inicial el primer gol en las semifinales de los Juegos Olímpicos contra Honduras, pero en la jugada se quejó de falta de aire y dolores en el pecho y ha asustado a los más de 70.000 hinchas que colman el estadio Maracaná.
El tanto producido exactamente a los 14 segundos, el más rápido de la historia del fútbol en los Juegos Olímpicos, se produjo cuando el jugador del Barcelona robó el balón al zaguero Johnny Palacios al borde del área de la selección Bicolor. La jugada terminó con una atropellada salida del portero Luis López, que chocó con el jugador azulgrana, e cuya caída chocó pesadamente con su pecho y luego con el estómago mientras el balón cruzaba lentamente la línea de gol.
Neymar fue atendido al menos dos veces al borde de la cancha ante la preocupación de los jugadores y el cuerpo técnico del equipo que dirige Rogério Micale. Con el transcurso de los primeros 15 minutos la situación del capitán brasileño pareció normalizarse, aunque en reiteradas ocasiones rodó por el césped ante la recia marca de los hondureños.
El fútbol olímpico en los Juegos de Río de Janeiro produjo el 3 de agosto, en la primera jornada del torneo femenino el nuevo récord de rapidez en este deporte cuando la centrocampista canadiense de origen estadounidense Janine Beckie, marcó a Australia a los 19 segundos.
Hasta entonces el mexicano Oribe Peralta tenía la mejor marca, que impuso en la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 a los 30 segundos, según los registros de la FIFA. Peralta abrió la cuenta con ese tanto relámpago en la final y los mexicanos se impusieron por 2-1 a Brasil y se colgaron la medalla de oro. Impuesto el récord por Beckie, cuya selección jugará este viernes con la de Brasil por la medalla de bronce, el 7 de agosto pasado el delantero hondureño Alberth Elis marcó a Portugal a los 30 segundos e igualó el registro del mexicano Peralta.
EFE