Los jardineros tienen que lidiar con muchas cosas a la hora de atrapar elevados cortos. Sea por un sol que encandelilla, alhajas en las gradas que distraen o fallas de comunicación con los otros guadabosques, a veces es difícil hacer un jugada limpia en los jardines. Pero el martes, en la derrota de los Mets por 3-2 ante los Cardenales en el primer juego de una doble jornada, el cubano Yoenis Céspedes demostró que no es preciso hacer una jugada limpia. Basta con usar la otra mano para no dejar caer la bola y así no hacer un esfuerzo en balde.
Por Adrián Garro MLB