En Marsella en el Stade Vélodrome, se jugará la segunda semifinal de la Eurocopa, este duelo entre Alemania y Francia pondrá sobre el césped al campeón del mudo y al anfitrión del torneo, por lo que ambos tienen la misión de anotarse en la final del campeonato. Alemania goza de un ligero favoritismo, sin embargo el despertar de Francia sumado a sus propias bajas lo colocan en una situación difícil que deberá resolver para afrontar el partido.
Alemania no está en un dilema por temer a las bajas, posee elementos para suplirlas, pero la cuestión está en cómo encajar esos elementos en un esquema que venía funcionando bien. Hummels (sancionado), Khedira y Gomez (lesionados) ocupaban puestos calves y dejan ahora a Löw con la tarea de armar a un equipo para defender o una más apegado al ataque. En la defensa la entrada de Höwedes es casi segura y en la mitad la de Schweinsteiger también, arriba empiezan las dudas; colocar a Draxler y a Götze para acompañar a Müller sería la fórmula más aceptada aunque será Löw el que tendrá la última palabra.
En tanto que Francia llega después de una buena actuación ante Islandia en los cuartos de final, dando señales de un despertar muy esperado por los aficionado galos. Deschamps y los suyos llegan con un equipo muy asentado, a la espera de que el buen rendimiento se prolongue lo que queda de torneo. Rami volverá al centro de la zaga, al igual que Kante al mediocampo. Las miradas estarán arriba en Antoine Griezmann, quien a falta de otros (Benzema) se ha convertido en héroe nacional y el arma más letal en un ataque que depende exclusivamente de él. Con libertad, se puede mover a cualquier posición en el ataque tanto para asistir (como en los goles de Payet y Pogba) y como para definir (hermoso gol de “sombrerito”).
El del Atlético Madrid representa la esperanza de un país que tiene 58 años sin ganar en torneos importantes a Alemania y de igualar de gesta que lograron los franceses en 1984 al ganar la Euro en su propia casa. Portugal esperará paciente para conocer a su rival, mientras en el césped de Marsella se dará una lucha con tintes de final que dejará solo a uno en carrera y a solo un paso de una gloria máxima.
Por Manuel Vargas Meridiano