Los baches han sido tapados. Unos cuantos nuevos hoteles de lujo se ven en el horizonte. Flores y árboles parecen haberse abierto paso por el cemento, coloreando el centro de la ciudad y haciéndolo casi irreconocible incluso para sus habitantes.Cleveland, al alza de nuevo después de décadas de declive, está lista para recibir una fiesta —la del Partido Republicano.
Pero antes de la esperada nominación de Donald Trump, podría darse una celebración parecida a ninguna otra, una juerga de verano que ponga fin a la agonía. Mientras el héroe local LeBron James y los Cavaliers están de regreso a la final de la NBA, pero enfrentando una complicada desventaja de 2-0 después de haber sido avergonzados por Golden State en el segundo encuentro de la serie el domingo por la noche, Cleveland tendrá otra oportunidad de acabar con una sequía de 52 años de títulos para equipos profesionales. Los aficionados sueñan con abrir botellas de champaña y atestiguar el desfile en la calle 9na. Este.
AP