Lo que era un secreto a voces se hizo realidad en la forma de un comunicado oficial de Grandes Ligas, donde se informaba que los juegos entre Marlins y Piratas programados en Puerto Rico se trasladaban a Miami. A pesar de las voces que elevaron sus protesta, las Mayores siguieron el pedido del sindicato de peloteros y reprogramaron los choques del 30 y el 31 de mayo para el parque de La Pequeña Habana, pues se trata de dos fechas locales para los Marlins.
El motivo para algunos y la excusa para otros: el virus Zika. "Nos hubiera gustado mucho ir a Puerto Rico, pero hay que respetar el proceso'', expresó el manager de los peces, Don Mattingly. "Siempre es bueno expandir el béisbol y llegar a otras geografías, pero confío en el proceder para tomar esta decisión''.
De acuerdo con el comunicado de prensa, el comisionado Rob Manfred y el sindicato de peloteros accedieron a relocalizar los juegos a pedido de los jugadores, quienes temieron por sus familiares. Mientras estaban disputando una serie en Milwaukee, los peces recibieron una presentación de Grandes Ligas y del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, donde se detallaba de manera gráfica y por expertos, la incidencia del virus del Zika.
"La información que recibimos fue impresionante, sorprendente'', expresó Koehler, el delegado del sindicato dentro de los peces. "Grandes Ligas y la Asociación de Peloteros se van a reunir para tomar una decisión, pero nosotros ya votamos en conjunto''. Evidentemente, la votación fue negativa al igual que la de los jugadores de los Piratas, que desde el principio favorecían a movida de los dos choques a Miami, a pesar de que tal decisión irritaría a las autoridades y a los aficionados boricuas.
Más allá de los problemas financieros de la Isla del Encanto, se afirma que miles de puertorriqueños han padecido del Zika, una enfermedad que provoca fiebres y malestares, dura meses dentro del organismo y que, según estudios médicos, puede causar trastornos en recién nacidos. Sin embargo, son varias las voces críticas hacia esta decisión negativa al viaje de Grandes Ligas, pues estaría en contradicción con el espíritu altruista del legendario Roberto Clemente, fallecido en 1972 al intentar distribuir ayuda a los damnificados por un terremoto en Nicaragua.
Esta medida de un ente del deporte profesional como Grandes Ligas podría tener algún tipo de eco en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro este verano, pues Brasil es otra nación donde el virus ha estado presente.
POR JORGE EBRO NUEVO HERALD