El encendido de la antorcha olímpica se celebró hoy en las ruinas de la antigua Olimpia, una ceremonia tradicional en la que se invoca al dios Apolo y se entrega la llama al primer portador, que comienza su recorrido por Grecia antes de marchar a Brasil.
Petrunias llevó la antorcha ante el monumento a Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, y después la entregó al siguiente portador, Giovane Gávio, antiguo jugador de voleibol y representante de Brasil, país anfitrión de los Juegos
Rodeada de una coreografía onírica, la actriz Katerina Lehú en su papel de Gran Sacerdotisa de Olimpia, rodeada de otras sacerdotisas y vírgenes vestales, encendió la llama utilizando un espejo parabólico que desvía y concentra los rayos del sol. La llama olímpica solo se puede encender con rayos solares y, aunque existe un plan de contingencia, por suerte el día en Olimpia fue soleado y no hubo ningún problema para llevar a cabo la ceremonia.
Las sacerdotisas portaron el fuego y tres ramas de olivo hasta el antiguo estadio olímpico, donde llevaron a cabo una danza en representación de las antiguas disciplinas olímpicas, y la Gran Sacerdotisa entregó el fuego y una rama de olivo al primer portador de la antorcha, el laureado gimnasta Lefteris Petrunias.
La antorcha hará su periplo por Grecia durante seis días, hasta que llegue al estadio Panatinaico, sede de los Juegos de Atenas de 1896 el próximo día 27 y viaje hacia Brasil.
Meridiano