Por Jordi Blanco | ESPN
BARCELONA — El Barcelona derrotó por 3-1 al Arsenal y disputará los cuartos de final de la Champions por novena temporada consecutiva, después de hacer bueno en el Camp Nou el 0-2 conseguido en Londres. Principio y final, Leo Messi abrió la eliminatoria con sus dos goles en el Emirates y la cerró con el 3-1 del Camp Nou, para convertir su noveno gol en seis duelos contra el Arsenal, de quien se ha convertido en su peor pesadilla junto a este Barcelona cazador de records y que ya suma 38 partidos sin conocer la derrota.
El campeón no precisó de mostrar su mejor versión y apretado por un Arsenal tan sobrado de coraje como alejado de la lógica, rebajó el nivel de excelencia al mínimo exigible. Se trataba de pasar. Y se pasó. Se trataba de seguir invicto. Y se hizo. Wenger, quien apenas recordaba un empate como buen resultado en un Camp Nou que le ha expulsado ya tres veces de la Champions, avisó en la previa que solo tenía su equipo una orden: atacar. Y lo hizo, tanto como pudo con la mejor de sus intenciones, presionando y buscando al Barça.
Con el 0-0, después del gol de Neymar y tras el empate de Elneny no borró su ánimo el equipo gunner, consciente de la épica a la que se enfrentaba en un escenario imponente y húmedo por la lluvia. Pero a la que llegó el golazo de Suárez, a los 65 minutos, se acabó la fiesta. De entrada ya había mostrado credenciales el Arsenal, estirándose y buscando la portería de Ter Stegen. Expectante el Barça esperó sin desesperar. Y a la que la MSN combinó por segunda vez dio el golpe. Messi cedió en corto a Suárez, el uruguayo vio la carrera de Neymar, le regaló la asistencia al hueco y el brasileño no falló.
El 1-0 golpeó la moral del Arsenal, cuyo objetivo traspasó la consideración de milagro para convertirse en utopía. El campeón rebajó el ritmo y el partido entró en una fase de calma extraña, pareciéndose más a un amistoso que a un duelo a cara o cruz. Tuvo que empezar la segunda mitad y avisar el equipo inglés con un golazo de Elneny para que en el Camp Nou se entendiera que la noche no iba de broma. Y a los bramidos de los hinchas del Arsenal respondió el liderazgo de Messi, quien hizo entender a los suyos la necesidad de dar un paso al frente. Como un calco de la primera mitad, al ansia por marcar del Arsenal respondió con un gol el Barcelona, éste ya definitivo en la suerte de la eliminatoria. Leo adelantó para Alves y el centro del brasileño lo remató de forma exponencial Luis Suárez a la escuadra.
Asistente en el 1-0 y autor del 2-0, el uruguayo tomó el protagonismo que en realidad mantuvo siempre Messi, el iniciador de las jugadas de los dos goles, el líder silencioso pero indiscutible del Barcelona que volvió a golpear el alma de un Arsenal que, parece, nunca podrá quitarse de encima el estigma azulgrana.
Especialista en traspasarle futbolistas a precio de oro, desde Petit y hasta Vermaelen, al equipo gunner le apartó de la gloria hace diez años el Barcelona en París y desde entonces ya le ha dejado por el camino hasta en tres ocasiones. A fin de cuentas, y aunque el fútbol es una ciencia tan fantástica que es imposible de predecir, desde la noche en que Messi marcó los dos goles del partido de ida la eliminatoria se dio por sentenciada. Y para mostrar su ascendente, a todos los niveles, Leo, quien dio color azulgrana con sus dos goles en Londres, cerró la eliminatoria, a lo crack, en el Camp Nou.