BARCELONA (Jordi Blanco ESPN )
El FC Barcelona enlazó su cuarta victoria consecutiva, séptima en ocho partidos, goleando a un Athletic de Bilbao que le mantuvo el tipo el tiempo que tardó Etxeita en dejar vendido a Gorka Iraizoz. Penalti a Suárez, expulsión, 1-0 a los siete minutos y la noche encaminada para el campeón. Fue la noche de Suárez.
Si no había marcado aún este año, ante el Athletic lo hizo por partida triple para encaramarse a lo alto de la tabla de goleadores con 18 dianas. Pero, además, provocó el penalti del 1-0 que abrió la noche y le regaló a Neymar el 2-0. El uruguayo disfrutó de lo lindo. Y el equipo se lo pasó en grande a su lado.
El Barça sigue lanzado y no cae desde que el tres de octubre fue derrotado en el Sánchez Pizjuán por el Sevilla. Tres meses y medio y 22 partidos después, el grupo de Luis Enrique se diría que circula con el piloto automático, despreocupado del rival y dedicado a sumar, ya sea por medio de un juego preciosista, por aplastamiento o por una combinación de ambas. Así lo hizo en una noche fría que calentó el Camp Nou Messi antes de que se iniciase el partido.
El argentino dedicó su quinto Balón de Oro a la hinchada y el club le homenajeó con una gran pancarta que dio paso al festival. El Barça, con el piloto automático puesto, sintió el susto en el cuerpo con un error defensivo que no aprovechó Eraso. Y se puso manos a la obra. Apenas comenzar el partido, un despiste dejó el balón a Eraso y el joven futbolista del Athletic no supo qué hacer con él, hasta rematar por arriba una ocasión de oro. Era la oportunidad de poner emoción al partido… Y dio paso a un hundimiento imprevisto. Ocurrió que de inmediato, un pase largo a Suárez que no parecía tener ninguna trascendencia acabó en penalti y expulsión.
Expulsión rigurosa de Gorka Iraizoz en un penalti claro a Suárez, que luchó ese balón que no supo sacarse de encima Etxeita, en un error infantil. Sin tiempo a pensar, el Athletic ya estaba con uno menos en el campo y en el marcador. Demasiado ante el campeón. Y el campeón ya se dedicó a jugar. O mejor dicho a darle lustre a su tridente para que a la media hora Suárez regalase el 2-0 a Neymar. Encomiable en su orgullo, el equipo de Valverde se rindió de pronto. Apenas comenzar la segunda mitad cuando el brasileño le devolvió la asistencia al uruguayo para asegurar la victoria con el 3-0 en su primer remate a puerta del segundo acto.
Ya no había discusión posible y un Athletic entregado solo podía confiar en que el castigo no fuera más cruel. Pero lo fue. Porque Neymar tenía ganas de divertirse y se inventó una jugada de fantasía que acabó con una asistencia mortal para Rakitic en el 4-0 y con Suárez, incansable y a la vez impresionante, anotando dos goles más. Desde 2004 el Athletic solo cosecha derrotas en sus visitas ligueras al Camp Nou. Y la de este sábado, como tantas otras, acabó en goleada. Media docena para abrir boca en la trilogía de partidos que enfrentará a ambos equipos.