MELBOURNE — Se fue ancho su revés. Punto final. La carrera de Lleyton Hewitt, un jugador amado y odiado en el circuito (y también por los seguidores del deporte), tuvo su última función. En casa, como debía ser. El australiano no pudo con David Ferrer, cedió por 6-2, 6-4 y 6-4 y se marchó por la puerta grande del primer Grand Slam de la temporada.
"No dejé nada en el vestuario. Eso es algo de lo que puedo estar orgulloso, que siempre di el 100%, explicó Hewitt en una breve entrevista aún en cancha, junto a sus tres hijos. "Soy muy afortunado de haber tenido esta oportunidad durante 20 años. He tenido tanto éxito en esta cancha que me siento afortunado por terminar aquí", destacó el australiano, quien además vio por una pantalla saludos de sus colegas Roger Federer, Rafael Nadal, Andy Murray y Nick Kyrgios por su carrera.
La frialdad de los números dirán que disputó 878 partidos en su carrera, de los cuales ganó 616. Y un registro enorme: 57 de esos encuentros se dieron en duelos a cinco sets, con un saldo positivo de 32-25. A fuerza de sus victorias acompañadas por los tradicionales gritos de "c´mon", el australiano se mantuvo 80 semanas como número uno del mundo y supo ganar 30 títulos (además jugó 16 finales).
Sus últimos dos festejos se dieron en 2014, después de cuatro temporadas de impasse. Actualmente en el puesto N°308 del mundo, Hewitt además tiene en su palmarés dos títulos de Grand Slam (US Open 2001 y Wimbledon 2002), dos Finales ATP (2001 y 2002), dos Masters 1000 (Indian Wells 2002 y 2003) y dos títulos de Copa Davis (1999 y 2003).
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