BARCELONA — El Barça sumó su sexta victoria consecutiva de la temporada, su mejor marca y a cinco partidos de los 11 triunfos que es el record del equipo de Luis Enrique, solventando sin apenas problemas la visita de la Real Sociedad, a la que ganó por 4-0 en un ejercicio tan simple como indiscutible. Cuatro goles repartidos por el tridente, que estuvo hasta el último instante esperando a cerrar el círculo con el gol de Messi. Y un Barça al que nadie le tose. Veinte goles en cinco partidos. Tal cual.
Eusebio volvió al Camp Nou manteniendo firme su discurso futbolístico. Quiso discutirle el balón al Barcelona y su Real Sociedad fue destrozada sin demasiada discusión. El tridente volvió a disfrutar con los goles de Neymar y Suárez (pichichi el primero y record el segundo), manteniendo en un segundo plano a Messi hasta que marcó su gol de rigor en el tiempo añadido, y catapultándose al plano los secundarios del grupo. Ante el alud de juego azulgrana poco pudo hacer la Real y menos aún Agirretxe, Vela o Canales, que fueron desfilando hacia el vestuario en la segunda mitad dando a entender su entrenador que prefería comenzar a pensar en partidos futuros, por encima de uno ya perdido.
Carlos Vela, apartado a la grada en el estreno de Eusebio como entrenador txuri urdin, regresó a la titularidad para no ofrecer ningún peligro en el estadio azulgrana, donde fueron otros los que brillaron. Especial mención merece Dani Alves, decidido a mostrarse tan acertado en el campo como punzante lo fue en la sala de prensa y que sirvió dos asistencias excelentes para los dos primeros goles del campeón. El primero un centro raso que remató Neymar en el primer palo y el segundo un centro por alto que convirtió en golazo Suárez con una volea espectacular. El primero, eso es destacable, comenzó con un pase profundo maravilloso de Iniesta, que despertó el recuerdo a los mejores pases en diagonal de Koeman o Schuster. Una maravilla.
Dominador del juego con suficiencia, el Barcelona convirtió el triunfo en goleada al poco de comenzar el segundo tiempo con el 3-0 de Neymar, asistido por Mathieu, a quien Luis Enrique colocó en el lateral zurdo para dar descanso a Jordi Alba. Y demostrando el entrenador asturiano que no todo el mundo es intocable en esta plantilla. Por si fuera poco en el presente del campeón, a su instinto matador en ataque, sumando veinte goles en los últimos cinco partidos, ha mantenido la portería a cero en cinco de los últimos seis encuentros, encontrando ese equilibrio perfecto. El Barça es una máquina de disfrutar. De momento.
Por Jordi Blanco ESPN