Abreu, Cespedes, Morales
Por Andrés Pascual
El criollo de más brillante trayectoria con los Reales de Kansas City fue Octavio Rojas; sin embargo, el único de linaje real que jugara en el Clasico de Octubre fue José Cardenal en 1980, su última campaña en las Mayores y 18va en sucesión en Grandes Ligas. Este tremendo pelotero, al que no hay forma humana de que le rindan el honor que merece ni propios ni extraños, había asistido con los Phillies a la Serie de Campeonato que perdieron con los Dodgers en 1978.
Cheíto, como le llaman al matancero, es uno de los mejores jardineros hispanos de todos los tiempos que, durante los 60’s y los 70’s, dominó el centro y los ángulos de ambas Ligas con sus compatriotas Oliva y Haitiano González más Clemente.
En el último juego de la Serie de 1980, bateó 2 hits en 4 turnos; llegó al Kansas desde los Mets, que lo habían adquirido del Filadelfia ese propio año y contó con el tiempo de juego suficiente para integrar el róster al evento. Cardenal bateó de hit en su última vez al bate, noveno inning del juego que perdieron, precisamente, contra los Quáqueros.
Este año, dos artilleros de la nueva hornada estarán en el round final de la postemporada, peloteros que han tenido mucho que ver en la victoria de sus clubes abrirán como regulares, porque desplazaron, a palo limpio, a la oposición en cada equipo para el que juegan.
Kendrys Morales y Yoenis Céspedes (Foto que completa Abreu), tratarán de llevar a las oficinas de las gerencias de sus equipos el bello y costoso trofeo que premia el esfuerzo final en el beisbol profesional americano.
Morales, ambidiestro que contribuyó un mundo a la causa del club cuyo emblema es la corona monárquica en el Joven Circuito, reanima los años en que la ex Isla Bella mandaba este juego en la región. Mientras que Céspedes, objetivo principal del sabotaje de Dombrowski contra el Detroit, tratará de continuar su clase de “puntillero”, de impulsador de la buena en la venidera serie.
Será la 4ta vez en que, por lo menos un cubano por novena, se enfrenten en la Serie Mundial: la primera, en 1970, puso en plano enemigo a Tani Pérez, del Cinci, contra Marcelino López y Mike Cuéllar y salió por la puerta ancha el club de Maryland.
La 2da vez en que dos cubanos estuvieron frente a frente en el Clásico de Octubre fue en 1972, cuando Pérez regresó con Cincinnatti para perder contra el equipo que encendía Bert Campanerís, los Elefantes Blancos de Oakland.
La 3era, muy recordada por cómo imploró Carlton Fisk a todos los santos y al viento para que metiera en zona buena un batazo que prometía salir a foul, contó con el pitcheo magistral de Luis Tiant por el Boston y con un jonrón muy oportuno de Tani por los Rojos, esta vez el camagueyano logró la diana en la que se considera la más emocionante Serie Mundial jugada hasta hoy.
Para esta, desearle suerte a los jóvenes jugadores que tratan de resucitar a un muerto, más que ciclópea, tarea imposible. Cualquiera de los dos clubes que se imponga tendrá un cubano por lo menos en el róster y eso es algo, dentro de todo lo malo que se ha hecho, se hace y lo que falta contra el juego en la Isla Cautiva es algo…