La Ley del Deporte permite competir en las ligas españolas solo a los equipos que estén afiliados a una federación nacional, y la Federación Española de Fútbol exige que los clubes se afilien a través de una federación autonómica. Para el Consejo Superior de Deportes (CSD) está claro que con una Cataluña independiente, “el FC Barcelona no podría seguir disputando la Liga española”, de la que es el actual campeón.
“Es absurdo pensar que si Cataluña se independiza el Barça vaya a pedir ser inscrito en la federación de una comunidad autónoma española”. Fuentes del CSD señalan que no les parece factible que un equipo extranjero pueda afiliarse a una federación española.
“La federación presidida por Ángel María Villar es una asociación de configuración legal, que debe adaptar sus estatutos y prácticas a la legislación deportiva estatal, a la Ley del Deporte”, señalan. “La afiliación de un equipo extranjero debería estar prevista en sus estatutos y ser coherente con la ley española, y eso no parece factible”, añaden las mismas fuentes.
Según la Ley del Deporte, a cualquier federación deportiva nacional solo se pueden afiliar las entidades radicadas en España que disputan los campeonatos de España. Así, si existiera una federación catalana de fútbol afiliada a la UEFA (federación europea) o a la FIFA (la internacional) directamente y no a través de la española, organizarían los campeonatos que le pareciera oportuno en su territorio, y los clubes de ese territorio no podrían disputar los de otros territorios.
“Cada país tiene su federación nacional, en la que disputan los encuentros los clubes de ese territorio, y desde ahí se relacionan con las federaciones de los continentes y mundiales”, explican fuentes del CSD.
“El Palmeiras de Brasil o el River Plate de Buenos Aires no puede jugar la Champions League, España no puede jugar la Copa Sudamericana de fútbol, el Sestao no puede jugar el Campeonato de Andalucía y el Benfica de Lisboa no puede jugar la Liga española”, nombran a modo de ejemplo. Toda ley, sin embargo, es hija de una negociación política y, por lo tanto, puede modificarse después de una negociación.
“En esta norma, la Ley del Deporte vigente, por ejemplo, se da una excepción”, recuerda Alberto Palomar, jurista, experto en legislación deportiva. “Hay una disposición adicional que se añadió hace unos años para permitir a los equipos andorranos disputar competiciones españolas”, explica. “Nuestras normas reflejan lo que es la realidad del deporte”, defienden en el CSD. “Los clubes se fueron asociando de acuerdo con las demarcaciones geográficas para competir, y así hubo campeonatos regionales, luego nacionales, luego continentales y finalmente mundiales.
Se organizan para saber quién es el mejor en un determinado entorno geográfico”, señalan las mismas fuentes. “Hay campeonatos ibéricos, iberoamericanos, de países ribereños del Mediterráneo. Todos ellos se apoyan en un referente de esta naturaleza. Y las normas construyen la superestructura jurídica coherente con esa realidad”, añaden.
Independentismo a la carta
El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, señaló recientemente que, en un escenario de una Cataluña independiente, no ve al Barça disputando otra Liga que no fuera la española, y Miguel Cardenal, el secretario de Estado para el Deporte y presidente del CSD, aprovecha esa proclamación de un cierto independentismo a la cartapara argumentar contra el proceso independentista.
“El empeño del Barça y de la gente en Cataluña por que sus equipos sigan en la Liga española es la mejor demostración de lo absurdo de este proceso”, dice. “Si no soy capaz de imaginarme sin jugar la Liga española es porque es imposible entenderme a mí mismo sin ser español”. El FC Barcelona no ha entrado oficialmente, ni parece querer entrar, en el debate independentista. Fuentes del club indican que no hablarán del asunto hasta después de que se celebren las elecciones del 27-S.
Elpais