KIEV. El ucraniano Serguéi Bubka es tan ambicioso ahora como cuando estableció 35 récords mundiales en salto con pértiga, por lo que no duda en autoproclamarse como favorito en las elecciones a la presidencia de la IAAF. “Cuento con el apoyo de federaciones de diferentes continentes. Por eso, estoy muy tranquilo y confiado en su respaldo. En esta carrera electoral yo soy el líder”, afirmó en vísperas de la votación.
A sus 51 años, Bubka no ha dejado de superar todas las alturas que se ha marcado, con la excepción de la Presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI), quizás debido a que únicamente se colgó un oro olímpico en su carrera, frente a seis cetros mundiales. Ahora, está dispuesto a convertirse en el nuevo capo del atletismo mundial, al que quiere devolver la corona que parece haber perdido en los últimos años frente a otros deportes de masas, como el fútbol o el baloncesto.
Para ello, ha elaborado un programa que pretender iniciar una auténtica “Perestroika” (reconstrucción) con la vista puesta en 2025, cuyo principal objetivo es atraer a los jóvenes a las pistas, ya que ellos son la clave del futuro del deporte más antiguo del mundo. Bubka propone revisar todas las estructuras y mecanismos del atletismo, desde la parte organizativa hasta la formación del presupuesto, y democratizar la toma de decisiones para que las federaciones nacionales tengan voz y voto.
“Si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, debió de pensar el ucraniano al ver lo ocurrido con la FIFA y su presidente, Joseph Blatter. Para evitar las tendencias autoritarias en la IAAF, se propone crear el puesto de director gerente, figura que haría de puente entre el presidente y las federaciones nacionales.
El actual vicepresidente de la IAAF está convencido de que los jóvenes se han alejado del atletismo, que debe regresar a las escuelas para convertirse en un fenómeno auténticamente global. En su opinión, el atletismo debe estar presente en las plazas y calles de las ciudades a través de los maratones populares y las carreras campo a través, para lo que quiere revitalizar la figura de las ligas atléticas.
En cuanto al dopaje, defiende una “política de tolerancia cero” para lo que hay que aplicar de manera transparente los reglamentos antidopaje, trabajando estrechamente con médicos y científicos, y recompensando a los atletas que destaquen por su limpieza. Bubka admite que “actualmente el sistema antidopaje es demasiado complejo y requiere demasiado tiempo”, por lo que aboga por su simplificación para que sea más eficaz y, de esa forma, la IAAF “esté un paso por delante de los dopados”.
En su opinión, el problema no son los deportistas jóvenes, “que no están predispuestos a hacer trampas”, sino los entrenadores, médicos y el resto de personas que conforman el entorno del atleta. Consciente de que el atletismo puede correr la misma suerte que el ciclismo, deporte lastrado desde hace años por los escándalos de dopaje, Bubka aboga por “sanciones lo más rigurosas posibles” y colaborar con los Gobiernos para que los procesos contra los tramposos “sean verdaderamente independientes”. En materia de gestión, su prioridad es aumentar las fuentes de ingresos a través de nuevas transmisiones televisivas integrando las tecnologías digitales.
El objetivo es crear un producto de consumo global, como lo es la Liga de Campeones de fútbol o la NBA. Bubka cree que las elecciones a la presidencia de la organización el 19 de agosto en Pekín marcarán el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la IAAF y, lo que no es menos importante, una nueva etapa en la batalla contra el dopaje.
EFE