SAN FRANCISCO — Libre de cargos, a Barry Bonds no le preocupa lo que otros piensen de él sobre su carrera o sus logros. No le cabe la menor duda: es un jugador digno del Salón de la Fama. "Ni me preocupo en justificarlo. No hace falta. Se sobreentiende", declaró Bonds el jueves por la noche en el AT&T Park.
El máximo jonronero de la historia, de 51 años, admitió que sintió un gran alivio cuando los fiscales decidieron el mes pasado no seguir adelante con un proceso por obstrucción de la justicia por dar una respuesta imprecisa cuando se le preguntó sobre unas inyecciones en el marco de una investigación de una década sobre su uso de esteroides.
"No estaría diciendo la verdad si dijese que no me saqué un peso de encima", señaló en una entrevista con la Associated Press, la primera que ofrece desde que el gobierno desestimó el caso. "Nunca he sido de hablar mucho. Eso no es lo mío. No tengo tiempo para pelearme con la gente. No me interesa. Si la gente dice cosas negativas, es su opinión", manifestó.
El proceso por obstrucción de la justicia concluyó cuando el Departamento de Justicia dijo que no acudiría a la Corte Suprema para pedir que reconsiderase la decisión de un tribunal que revocó el fallo de culpabilidad emitido por un jurado en el 2011. Ese jurado halló a Bonds culpable de obstrucción de la justicia. Bonds está consciente de que tal vez nunca lo incorporen al Salón de la Fama. Pero eso no le quita el sueño. "Todo jugador que jugó contra mí sabe cuáles son mis aptitudes. Eso es algo que jamás, jamás tendré que explicar a nadie", sostuvo Bonds. "Nada me ofende. No guardo rencores. Sé lo que le aporté al juego y me enorgullezco de eso".
Bonds fue elegido siete veces el jugador más valioso de la Liga Nacional y rompió el récord histórico de jonrones de Hank Aaron de 755 maderazos, fijando una nueva marca de 762. En la tercera oportunidad en que fue considerado para el Salón este año, Bonds recibió el 36,8% de los votos, la mitad del 75% necesario para ser admitido. Bonds sabe que, a pesar de haber sido exonerado, hay mucha gente que no lo quiere y que cree que hizo trampa y no merece estar en el Salón.
"No me importa si la gente se la toma conmigo a veces. Es parte del deporte, parte del negocio", expresó. Bonds admite que no siempre era un tipo agradable en su época de jugador. "Pensaba en mi trabajo. Hacía las cosas a mi manera. Tal vez no era muy amigable, o como quiera decirle". Bonds no niega haber usado esteroides, pero afirmó ante un jurado investigador que su antiguo preparador físico Greg Anderson le había dicho que lo que le daba era aceite de linaza y un ungüento para la artritis. Fue hallado culpable de obstrucción a la justicia por su respuesta a la pregunta: "¿Greg le dio alguna vez algo que requería una jeringa para que usted mismo se lo inyectase?".
El toletero dice que su afición a la bicicleta lo ayudó a lidiar con el estrés de las batallas legales. "Soy un atleta. Eso es lo que hago. Me gusta entrenarme, es lo que disfruto", expresó, aludiendo a sus excursiones en bicicleta. "Me alegro de que todo esto se haya terminado. Disfruto más de las cosas. Ahora hay que mirar hacia adelante", indicó.
Por Janie McCauley / Associated Press