Michael Ashenden y Robin Parisotto, dos especialistas australianos antidopaje, se apoyaron en una base de datos de 12.000 muestras sanguíneas para concluir que el dopaje estaba más generalizado que lo que se admite. Un análisis rechazado por la IAAF, que estima que Ashenden y Parisotto hicieron "declaraciones inexactas".
Según la IAAF, los dos científico no tuvieron acceso a los registros de atletas y han probado su "ingenuidad" basándose en datos incompletos. "Sus conclusiones ocultan el hecho que ellos no tienen ninguna idea de las acciones tomadas por la IAAF para monitorear perfiles sospechosos", explicó la instancia mundial en un comunicado. "Ignoran que más de 60 atletas han sido sancionados basándose en las pruebas sanguíneas anormales, todos desde 2009, y que estos atletas, expuestos como tramposos por la IAAF, acumulan 140 medallas internacionales, tres récords del mundo y muchas victorias en maratones".
La Federación Mundial encuentra "chocante que dos expertos con tal conocimiento del pasaporte biológico, del código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y de la lucha contra el dopaje, se hayan puesto de acuerdo para analizar una base de datos que sabían que se obtuvo sin el acuerdo de la IAAF y los atletas". A dos semanas del Mundial de Pekín-2015 (22-30 de agosto), la AMA anunció el viernes lanzar "urgentemente una investigación para asegurar la confidencialidad de los atletas".
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