Tirarse al agua desde un tope más alto que la Torre de Pisa. Con solo zapatillas y un casco. Ese fue el reto que realizó Laso Schaller en la Cascada del Salto en Suiza para romper la marca mundial de salto desde un acantilado a unos 58.8 metros de altura (192.2 pies). La escalofriante hazaña tuvo que ser preparada con cuidado.
Para que el impacto de los pies de Schaller en el agua fuera suavizado, el equipo de Red Bull colocó seis tanques en la charca para ventilarla. Además, se creó un plataforma para controlar el brinco y se tiraron primero rocas para medir la caída.
Entre los datos impresionates registrados, Schaller se lanzó a una profundidad de 26.2 pies. La caída alcanzó las 76.4 millas por hora y solo duró 3.58 segundos. En un comunicado de Red Bull, el hombre dijo que el salto fue casi igual que cualquiera.
"Una vez pasas los 25 metros, todo comienza a verse y sentir igual. La única diferencia es el tiempo en el aire", comentó. Schaller tuvo que se asistido para salir del agua y le tomó varios minutos para recuperar la compostura y saludar a los presentes que precensiaron historia.
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