Estrellas de siempre: Alfonso Urquiola, el Relámpago de Bahía Honda.
Por Fernando Rodríguez
ferna.rodriguez74@gmail.com
La tierra vueltabajera a partir de comienzos de los 70 empezó a producir peloteros con la misma cantidad y calidad que su internacionalmente reconocido tabaco. De allí tuvo un importantísimo papel el municipio de Bahía Honda, específicamente el batey del central Pablo de la Torriente Brau, más conocido como Orozco (su nombre hasta 1959), pues en ese chiquito pero especial lugar surgieron grandes de nuestra pelota como Luis Giraldo Casanova, los gemelos Hernández (Fernando y Juan) y nuestro protagonista, Alfonso Urquiola Crespo quien nació en 30 de octubre de 1952.
A mi entender Urquiola fue el primer pelotero de Pinar del Río con primerísima calidad en llegar al béisbol nacional en la década del 70. Cuando digo pelotero me refiero a bateador, pelotero de posición, pues no se puede soslayar a Julio Romero. Ellos abrieron definitivamente el camino que había comenzado el ya fallecido lanzador Emilio Salgado y que más tarde siguieron toda una constelación de estrellas pinareñas, las que hicieron posible que su provincia entre 1978 y 1988 ganara seis Campeonatos Nacionales y cinco Selectivas.
Realmente mayorearon en la pelota nacional en ese período, solo se le acercaron las representaciones del centro del país, la capital y de la región oriental.
Urquiola fue un líder en el béisbol pinareño no solo por su calidad como pelotero, sino por su grandeza humana, llegando a ser el capitán de las selecciones vueltabajeras en la mayor parte de las 19 temporadas que jugó. Este estelarísimo defensor de la intermedia mostró credenciales en el Campeonato Mundial Juvenil celebrado en Venezuela en 1970.
Tan rápido fue su desarrollo que ya en 1973 hizo su primer equipo Cuba A con el que militó hasta 1984, donde fue uno de sus más ilustres inquilinos. Solo no fue regular en 1973 -el dueño de su posición era el estelarísimo Félix Isasi-, en los Centroamericanos de 1978 y Panamericanos de 1979 donde el titular fue Rey Vicente Anglada, y en la Copa Intercontinental de 1983 en que fue sustituido por lesión por el entonces debutante Antonio Pacheco.
En mi opinión es uno de los cinco mejores defensores de la segunda base con que hemos contado en estos 54 años de Series Nacionales. Él marcó toda una época con su tradicional número 8 en la espalda, no solo por su tremenda clase tanto al campo como al bate, ya sea en Cuba como en el exterior, sino porque fue copartícipe de una de las mayores rivalidades y emulaciones que ha existido en la pelota cubana.
Todos nos dividíamos en pro Anglada o pro Urquiola, no había términos medios, incluso a veces estábamos a favor de uno y otras a favor del otro. Urquiola creo que bateaba con más fuerza y tal vez por eso jugó más regular que Rey en los años que coincidieron en la Selección Nacional, los cuales no fueron más por decisiones arbitrarias ajenas a la calidad de ambos.
Considero que es el dúo de intermedistas que con mayor calidad y paridad han coincidido en nuestro deporte nacional. En el caso de Urquiola no estuvo en los equipos Cuba que compitieron en el Mundial de 1976 y en los Centroamericanos de 1982, en este por una arbitraria suspensión de participar en dicho evento por llegar justificadamente al primer día de entrenamiento junto a los también pinareños Rogelio García, Julio Romero, Juan Carlos Oliva y Luis Giraldo Casanova.
También pienso que por su rendimiento estuvo excluido sin razón alguna de las Preselecciones Nacionales de 1986 y 1988, pero para los dirigentes deportivos de entonces ya no estaba en los planes del Cuba. Relámpago de Bahía Honda es un sobrenombre que le endilgó Bobby Salamanca y lo retrata fielmente, pues eso era a la defensa y ofensiva, sobre todo de home a primera y en el recorrido del resto de las bases.
Llegó a ser uno de los peloteros más rápidos de Cuba. Poseía un gran brazo como intermedista y su pívot era fabuloso, ya que cuando pivoteaba, su tiro hacia primera lo realizaba sin mirar para la inicial y al fildear nunca le llegaba a la bola de forma atropellada con su acostumbrado guante pequeño y viejo. Además, era el pelotero de los momentos difíciles, de los juegos importantes, en los que se crecía tanto en su maestría a la defensa como en la ofensiva. Me vienen a la mente su actuación en la serie extra contra Las Villas para decidir la Selectiva de 1978.
En el memorable partido del Play Off que decidió Agustín Marquetti el 19 de enero de 1986 Urquiola disertó a la defensa y mostró toda su inteligencia como jugador, demás que rindió mucho a la ofensiva, se gastó un gran partido. En ese Play Off fue líder en triples, boletos intencionales y bases robadas. Urquiola fue un ejemplo de disciplina, fuerza de voluntad y entrega al entrenamiento. Su dedicación en todo momento a la pelota fue lo que hizo que durara dos décadas con tanta calidad, lo que se mantuvo hasta su retiro en 1989.
Fue seleccionado la segunda base de equipos Todos Estrellas en siete ocasiones, de ellas tres nacionales y cuatro selectivas. Su explosividad hizo que sufriera varias lesiones en su carrera, pero muchas veces jugaba con molestias por la causa de su equipo. Ilustrativo es que en su última Selectiva, la de 1988, conectó 14 jonrones, récord personal, con 48 impulsadas, quinto entre los de mejor average con 353, decimo en slugging y uno de los puntales para que su querido Pinar del Río archivara su quinta corona selectiva. Ese año fue segundo y séptimo bate en el Line up occidental, pues desde 1985 ese fenómeno llamado Omar Linares lo desplazó de su tradicional tercer turno.
En el equipo nacional, cuando Wilfredo Sánchez no jugaba o ya no estaba, fue su primer bate, también jugó mucho como segundo, séptimo y octavo de la fuerte artillería criolla de aquellos años 70 y 80. En unión a Giraldo González conformó una de las mejores combinaciones de short-segunda que ha habido en Cuba. En el equipo Cuba hizo grandes jugadas principalmente con Rodolfo Puente y Pedro Jova. Famoso y característico era su pivoteo y su desplazamiento, pues aunque era espectacular, mayor era su sobriedad y eficiencia, que lo hacía acreedor de una gran confianza para el resto de sus compañeros de equipo cuando defendía la segunda almohadilla.
Al bate tuvo también grandes resultados en una época en que el pitcheo de Cuba era terrorífico, pues no fue hasta sus últimas cuatro temporadas que el área de los lanzadores experimentó una merma considerable. Además, jugó con madera en sus primeras siete campañas nacionales, lo cual no fue óbice para que tradicionalmente lograra buenos promedios ofensivos e incluso en ocasiones bateara con fuerza, pues estuvo cerca de los 100 jonrones.
Lo recuerdo con su peculiar estilo de bate, agachado y con el bate horizontal, casi acostado. Hasta la llegada del astro Antonio Pacheco, ninguno de nuestras segundas bases se caracterizó por dar muchos cuadrangulares. Hitos en la carrera de este pequeño gigante de 168 cm de talla y 80 kilogramos de peso fueron su título de bateo en la I Selectiva en 1975 con un average de 358 y el subtítulo en la de 1976. Su hit número mil lo dio el 7 de enero de 1984 durante la Serie Nacional 1983-1984 frente al astro zurdo Jorge Luis Valdés en el estadio Capitán San Luis de Pinar del Rio, decimoséptimo bateador en llegar a esa cifra en Series Nacionales y primero de Pinar.
En ese instante acumulaba 3441 veces al bate y promediaba 291 de average. Momento cumbre fue su triple contra Estados Unidos en el juego decisivo de los Juegos Deportivos Panamericanos de 1975 donde repitió ser el segunda base del todos estrellas como en los Centroamericanos de 1974, ya se había adueñado de la posición.
Al finalizar el año 1975 fue seleccionado entre los diez mejores atletas de Cuba. Muy importantes fueron también sus lideratos en bases robadas en las Selectivas de 1979 y 1982 con 12 y 14 respectivamente, campeonatos que ganó su equipo, su liderato en triples con 2 en la IV Copa Intercontinental celebrada en nuestro país, donde estuvo entre los primeros bateadores y resultó elegido el segunda base de la Selección Todos Estrellas.
No se puede olvidar su destacadísima actuación en el Mundial de 1984, también celebrado en Cuba, donde bateó muy bien y con gran oportunidad como en el primer partido contra Japón en el que disparó tubey y cuadrangular, después de cometer un error que lo avergonzó públicamente e hizo llorar por la injusta rechifla del público.
En la primera etapa de seis juegos fue el líder en imparables con 12, dobles con 4 y bateo con 522. Al finalizar el torneo y cerrarse las estadísticas fue sublíder en hits con 22, dobles con 6 y slugging con 819, tercero de los bateadores con 449, extrabases conectados, bases recorridas y entradas jugadas, cuarto en jonrones con 4 (los más largos que vi en su carrera) y séptimo en veces al bate. Todo esto lo hizo ser seleccionado el mejor segunda del Mundial, su último evento internacional con el equipo Cuba.
Al momento de su retiro -el 19 de febrero de 1989 durante la ceremonia de inicio de la XV Serie Selectiva en el Estadio Capitán San Luis de Pinar del Rio- tenía 36 años y había bateado en su última Nacional para 309, pienso podía jugar esa Selectiva y una serie más.
De por vida era el decimotercero en hits conectados, quinto en bases robadas y cuarto en triples, empatado con Antonio Ñico Jiménez. En el aspecto defensivo sobresalen sus 777 jugadas de doble play y su promedio de 976 en una posición donde tuvo más de 6000 lances y realizó 3513 asistencias, entre los primeros al retirarse.
A la defensa nunca decayó a pesar de la corpulencia que adquirió con el paso de los años a partir de 1986. Recuerdo que en su penúltima Temporada Nacional (1987-1988) a pesar de que tenía varias libras de más, solo cometió un error y el de mejor JAS defensivo.
Como director de equipo y entrenador en diferentes categorías tanto en Cuba como en el exterior, ha tenido también muy buenos resultados, pues ganó la Serie Nacional de 1998, cinco Series de Desarrollo de forma consecutiva entre 1992 y 1997, el Mundial de 1998, los Centroamericanos celebrados en Maracaibo ese propio año y los Panamericanos de Winnipeg, incluido en Juego en Estados Unidos contra Los Orioles de Baltimore.
Fue sacado de repente e injustamente del equipo Cuba en el 2000, después ha estado varias misiones de trabajo, en las que ha ayudado a elevar el nivel del béisbol en países hermanos como Panamá.
A partir del 2004 lo enviaron a dirigir el equipo de Matanzas en la Serie Nacional, en esa provincia estuvo haciendo un arduo trabajo por rescatar la calidad su béisbol. En las temporadas 2010 y 2011, nuevamente con las riendas de la dirección del equipo representativo de la más occidental de las provincias cubanas, ha trabajado por hacer volver a los planos estelares al béisbol de su querido Pinar del Rio.
En su segundo año, Nacional 2010-2011, contra todo pronóstico, primero clasifico a los Play Off, avanzó hasta la Final y alcanzó el título nacional que no ganaban desde 1998 en que él los dirigió. Tarea que parecía nada fácil, pero no imposible para el ímpetu y dedicación de este relámpago cubano, uno de los 100 más destacados atletas de Cuba en el Siglo XX. Quien luego del mal momento internacional en el 2011 volvió al frente de los pinareños para ganar en el 2014 y en febrero del presente año la Serie del Caribe.
Ahora disfruta de su dignidad al negarse a seguir dirigiendo en Cuba luego de fuertes declaraciones referente a corrupción en el béisbol cubano.
(tomado de su libro en preparación “20 Estrellas de mi niñez”.
Alfonso Urquiola en números
(Fuentes estadísticas: José Barral del CINID del INDER y archivo personal del autor)
19 Series Nacionales (1970-1989)
VB C H 2B 3B HR CI BB K BI BR CR FS SH DB TB SLU AVE
2765 351 759 97 28 52 313 197 269 35 135 67 22 10 24 1056 382 275
Total en 13 Selectivas (1975-1986 y 1988):
VB C H 2B 3B HR CI BB K BI BR CR FS SH DB TB SLU AVE
1829 246 555 84 18 37 253 111 168 8 74 40 16 10 14 798 436 303
Play Off de 1978 (no se le ha incluido nunca en su labor histórica):
VB CA H 2B 3B HR CI BB K BR CR TB SLU AVE
19 2 6 0 0 1 2 1 1 1 0 9 474 316
Total con bate de madera (1970-1977):
VB C H 2B 3B HR CI BB K BI BR CR FS SH DB TB SLU AVE
1383 167 398 55 22 13 130 98 132 17 69 36 8 8 9 536 388 288
Total con bate de aluminio (1977-1989):
VB C H 2B 3B HR CI BB K BI BR CR FS SH DB TB SLU AVE
3211 430 916 126 24 76 436 210 132 26 140 71 30 12 29 1318 410 285
Acumulado total de Alfonso Urquiola en 19 Nacionales y 13 Selectivas:
vb ca h 2b 3b hr ci bb bi k db fs sh br cr tb slu ave
4594 597 1314 181 46 89 566 308 43 437 38 38 20 209 107 1854 404 286
Labor defensiva de por vida nacionalmente (2B y SS)
JJ INN O A E TL AVE DP TP
1181 9657.0 2969 3513 158 6640 976 777 1
INTERNACIONALMENTE (se incluyen clasificatoria, semifinal y final):
Total en 4 Mundiales (1973, 1978, 1980 y 1984):
tj jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi br cr db fs sh tb slu ave
48 40 132 29 51 11 2 7 32 7 10 0 3 3 3 3 3 87 659 386
Total en 2 Centroamericanos (1974 y 1978):
tj jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi br cr db fs sh tb slu ave
20 10 35 14 15 0 1 2 5 6 6 0 3 0 2 0 0 23 657 429
Total en 3 Panamericanos (1975, 1979 y 1983):
tj jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi br cr db fs sh tb slu ave
25 18 61 11 19 1 3 3 10 3 4 0 2 1 1 0 0 35 574 311
Total en 3 Copas Intercontinentales (1979, 1981 Y 1983):
tj jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi br cr db fs sh tb slu ave
29 20 88 15 26 4 3 3 19 1 8 0 2 0 0 0 0 45 511 295
Otros Torneos Internacionales:
Total en 2 Copas “José Antonio Huelga” (1983 y 1984)
Tj jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi br cr db fs tb slu ave
15 80 29 3 10 0 1 1 3 0 3 0 0 2 1 0 15 517 345
Mundial Juvenil-1970
jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi br cr sh sf db tb slu ave
11 34 7 9 1 0 0 4 4 2 0 3 0 1 0 1 10 294 264
I Juegos Universitarios Centroamericanos y del Caribe. Puerto Rico-1972
jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi br cr sh sf db tb slu ave
5 22 11 10 2 4 0 3 2 2 0 2 0 1 0 1 20 909 455
Fernando Rodríguez es autor de los libros "Pase usted Señor Jonrón. La verdad sobre Cheito Rodríguez", "Armando Capiro. Grande por siempre" y "Antonio Muñoz. Del Escambray a Tokio". Los interesados en adquirir estas importantes publicaciones pueden llamar al autor al 786-523-5819 o contactarlo al email ferna.rodriguez74@gmail.com