El Bayern Múnich acumula tres años como campeón de la Bundesliga sin haber encontrado mayor resistencia por parte de sus competidores y amenaza, en la temporada 2015-16, con mantener su dominio para ser la primera institución en la historia en hilar cuatro títulos del torneo alemán, salvo que Wolfsburgo y Borussia Dortmund dicten lo contrario. El gigante muniqués, que fue líder de punta a punta en cada una de las anteriores temporadas, intentará, llevado de la mano del técnico Pep Guardiola, implantar una marca que serviría para subrayar el grosero dominio que ha tenido sobre sus rivales domésticos, en un certamen en el que se le ve muy por arriba de los demás.
Los estelares Arturo Vidal y Douglas Costa, además de la joven revelación Joshua Kimmich, arribaron para incrementar un poco más el potencial de un plantel que ya lucía demasiado fuerte y que en la pretemporada no ha resentido la venta de Bastian Schweinsteiger al Manchester United. Liga, Copa alemana, Champions… la obligación es luchar por todo lo que juegue. Bayern asusta, y demasiado, incluso al gremio de técnicos de la Bundelisga en donde se cree que tiene el camino allanado para alzar la corona.
Según la agencia DPA, de 18 estrategas, 16 creen que el pronóstico se cumplirá. Sólo Martin Schmidt, técnico del Mainz, y Peter Stöger, del Colonia, pronosticaron un resultado abierto. En un principio, el equipo que luce con el mayor potencial para lanzar la ofensiva por la corona es el Wolfsburgo, aunque en los recientes días el Manchester City ha hecho tambalear el plan que ha delineado con una oferta de 67 millones de euros por el joven belga Kevin de Bruyne, su motor.
En la temporada pasada, el técnico Dieter Hecking logró colocar a Los Lobos en la segunda posición de la tabla y los guió a la obtención de la Copa alemana; además, hace apenas dos semanas, pudo arrebatarle la Supercopa germana al Bayern en un cerrado partido que acabó 1-1 en tiempo regular y se fue hasta la ronda de penales, donde el marcador quedó 5-4.
Gracias a la solvencia que le da pertenecer a la firma Volkswagen, logró retener a sus mejores jugadores de cara al siguiente torneo e incluso incorporó por 12 millones de euros a Max Kruse, quien le servirá para aumentar su potencial al ataque. En un segundo plano aparece el Borussia Dortmund, club que se ve competitivo por la base que dejó Jürgen Klopp, aunque la incógnita radica en saber si el estratega Thomas Tuchel podrá sacarle su máximo rendimiento. Su antecesor se marchó de la institución con todos los honores y con el cariño de la afición en su bolsillo.
Hasta el momento, Tuchel no ha lamentado ninguna baja de gran peso más allá de la del italiano Ciro Immobile, quien no logró adaptarse a la Bundesliga, pero existe el riesgo de que Marco Reus sea tentado por los grandes clubes europeos. Por el contrario, sumó a Gonzalo Castro por once millones de euros, Julian Weigl, por cinco, y busca la cesión de Alen Halilovic al Barcelona. De esa forma, la Bundesliga inicia una temporada que a pesar de la supremacía del Bayern se le ve en crecimiento. No en balde ha superado por primera vez en su historia los 300 millones de euros invertidos en fichajes, para ser más llamativa a los ojos del mundo.
Guardiola descarta nerviosismo
El entrenador del Bayern Múnich, Josep Guardiola, se mostró tranquilo de cara al inicio de la que será su tercera temporada al frente del campeón del futbol alemán. “No estoy nervioso con el inicio de la Bundesliga”, aseguró al ser preguntado durante la rueda de prensa previa al partido ante el Hamburgo con el que arranca la temporada 2015-16. “Lo estaba antes de mi primer partido entonces ante el Borussia Mönchengladbach. Queremos jugar y ganar”, agregó el estratega. “Estoy feliz y motivado”, puntualizó.
La tarea pendiente en el Bayern
Hace dos años, en pleno Manhattan, Josep Guardiola aceptó el ofrecimiento que le lanzó el Bayern Múnich convencido no sólo en que mantendría la supremacía instaurada por su antecesor Jupp Heynckes, sino que sería capaz de forjar una dinastía. “Quiero ganar títulos donde lo han hecho muchos, pero como no lo ha hecho nadie”, dijo, según el diario El País. Al momento ha fallado. Si bien su club ha logrado dos títulos de la Bundesliga en su gestión, no ha alcanzado la excelencia que prometió al estampar su firma.
El equipo de las aspirinas se renueva
El cuarto lugar que obtuvo en la pasada temporada no dejó satisfecho a ninguno de los integrantes de la institución, por lo que ha emprendido una campaña de renovación en la que no ha tenido miedo al momento de negociar a sus figuras como Gonzalo Castro y Josip Drmic por quienes sumó euros que reutilizó en la adquisición de Charles Aránguiz, Jonathan Tah, Admir Mehmedi y Kyriakos Papadopoulos. El estratega Roger Schmidt buscará con esos elementos dar el salto de calidad que se le ha negado históricamente al club perteneciente a una de las farmacéuticas más grandes del orbe.
Juventud que pone a temblar a los grandes
Apenas ha disputado 18 torneos en la Bundesliga pero esa inexperiencia no le ha pesado para trazarse metas grandes. Gracias a una planeación bien estructurada, en la que se toman en cuenta cada uno de los pormenores a los que debe hacer frente, ha logrado un crecimiento sostenido que le ha dado para codearse con instituciones de mayor recorrido e incluso, con su osadía, ya ganó la liga alemana en 2009, la Copa alemana de 2015 y la Supercopa alemana hace apenas unos días a costa del Bayern Múnich. El técnico Dieter Hecking buscará mantener el crecimiento para volver a campeonar en la liga.
La incógnita de la era post Jürgen Klopp
Fueron siete años maravillosos los que vivió el Borussia Dortmund con Jürgen Klopp en la dirección técnica. En el lapso, el club recordó lo que es habitar en la parte alta de la tabla, celebró dos títulos de liga, uno de Copa y dos de la Supercopa alemana, además de que regresó a una final de Champions (perdida frente al Bayern Múnich), lo que le sirvió para hacerse un hueco entre los clubes top de Europa. Sin embargo, el encanto se desvaneció hasta marcar la salida del técnico de la institución. Ahora el turno es para Thomas Tuchel, quien proviene del banquillo del Mainz, curiosamente el mismo del que llegó Klopp.
Por Eduardo Domínguez/ Excelsior
