Rusia recortó más 500 millones de dólares en el gasto presupuestado para la Copa Mundial de fútbol de 2018, sobre todo en los proyectos de hotelería e infraestructura. El gobierno se ha apretado el cinturón en ciertos renglones del gasto público debido al declive de la actividad económica a raíz del desplome de los precios del petróleo.
Una orden firmada por el primer ministro Dmitry Medvedev, y divulgada el lunes, establece un recorte de 29.200 millones de rublos (544 millones de dólares), quedando en 631.500 millones de rublos (11.800 millones de dólares) El ministro de Deportes, Vitaly Mutko, informó en abril que el gobierno decidió reducir el número de hoteles de lujo, al advertir que quedarían en desuso tras el torneo. La reducción en la cifra de hoteles fue confirmada el lunes. También se eliminaron varios proyectos para mejorar alcantarillados.
"Estamos optimizando y reduciendo gastos", dijo Mutko a la agencia rusa R-Sport. "Lo primero es reducir el exceso de hoteles". La FIFA negó que los recortes impliquen que los fanáticos tendrán dificultades para reservar habitaciones en 2018. "Como cualquier otra entidad con operaciones en Rusia, la FIFA está pendiente de la situación de la economía en Rusia", dijo la FIFA, según un comunicado.
"De acuerdo con la información suministrada por el comité organizador local y el Ministerio de Deportes, los ajustes al presupuesto no afectarán la entrega de la infraestructura que se requiere… incluyendo el tener suficiente hospedaje", añadió. Mutko precisó que el presupuesto para la construcción de estadios sigue intacto. Los costos se han disparado debido a que la devaluación del rublo ha hecho que sea más caro importar materiales.
Meridiano