VARSOVIA (EFE) — Sevilla, con un gol del polaco Krychowiak y dos del colombiano Carlos Bacca, revalidó su título de la Liga Europa al ganar 2-3 al Dnipro ucraniano en Varsovia, con lo que alcanzó de nuevo la gloria en su cuarta final e hizo historia al ser el primer equipo que logra cuatro títulos de esta competición.
En un partido igualado y jugado de poder a poder, los sevillistas empezaron perdiendo al adelantarse pronto el Dnipro por medio del croata Kalinic, pero sobre la media hora ya habían remontado con un gol de Krychowiak y otro de Bacca, gran artífice del triunfo porque, tras empatar Rotan al filo del descanso, el colombiano le dio el título al Sevilla con otro tanto antes del último cuarto de hora.
Después de sendas trayectorias muy duras, españoles y ucranianos se lo jugaban a todo o nada en el Estadio Nacional de Varsovia, pues ambos querían rentabilizar los ímprobos esfuerzos hechos en un torneo en el que habían tenido que eliminar a rivales como Borussia Monchengladbach, Villarreal, Zenit y Fiorentina, en el caso del Sevilla, y a Olympiacos, Ajax, Brujas y Nápoles, en el del Dnipro. Aunque por experiencia y potencial se daba como favorito al Sevilla, que rechazó esta vitola, se medían dos equipos con la misma ilusión por hacer historia: el Dnipro, para ganar su primera final europea; y los sevillistas, para conquistar su cuarto título y ser el equipo con más coronas de este torneo.
La ambición y las ganas de ambos se notaron desde el inicio. Tras dos acercamientos sin éxito del colombiano Bacca y Reyes, una acción en la que los andaluces pidieron penalti por posible falta de Rotan, el Dnipro, bien armado atrás, demostró su gran peligro a la contra.
Así, en un rápido ataque, llegó la sorpresa a los 7 minutos, al golpear primero los ucranianos con un gol del croata Nikola Kalinic, su máximo artillero, tras cabecear un centro del brasileño Matheus al que no llegó el portugués Carriço. Fue un mazazo para los de Unai Emery, que, aún así, reaccionaron pronto, empezaron a generar jugadas de toque y tuvieron hasta cuatro ocasiones: sendos remates fuera de Aleix Vidal y Reyes, y dos más claras en un cabezazo del polaco Krychowiak y un tiro de Reyes, muy activo en este periodo, que desvió a córner el meta ucraniano Boyko.
A la salida de ese último córner, Reyes centró, Bacca la bajó y Krychowiak, el único que jugaba en casa, hizo el 1-1 de un tiro raso que hizo imposible la estirada de Boyko, a los 28 minutos. En pleno apogeo sevillista, Bacca le dio la vuelta al marcador en el 31 tras recibir un pase genial de Reyes, driblar al meta y marcar el 2-1.
Al Sevilla le bastaron cuatro minutos para reponerse del golpe del inicio, pero poco le duró la alegría, pues el Dnipro, con Yevhen Konoplyanka, su estrella, inspirado y todo el bloque apretando en pos del empate, aprovechó un lanzamiento de falta de Ruslan Rotan, ajustado al poste derecho de Sergio Rico, para poner el 2-2. Con empate se llegó al descanso tras un primer tiempo vibrante, de emoción y loco en muchas fases, en el que las defensas hicieron concesiones, lo contrario que en la reanudación, donde ambos equipos salieron más precavidos para evitar riesgos, aunque los ucranianos, fuertes atrás y muy presionantes, tuvieron más fluidez en ataque con la buena visión de juego de Konoplyanka y la movilidad de Kalinic.
Ahora las ocasiones eran menos claras, con el Dnipro buscando las contras e intentos baldíos del Sevilla que morían en el área celeste. Y es que el choque se había igualado al máximo.
Con todo, Krychowiak, un pulmón en el medio campo, tuvo una buena opción en el ecuador de esta mitad, pero su remate lo despejó Boyko. Fue una premonición, pues el Sevilla, aun sin mucha claridad, no perdió la fe y siguió buscando crear ataques para sacar su gran pegada, lo que demostró un Bacca acertadísimo, a los 73 minutos, tras aprovechar un gran pase de Vitolo y hacer el 2-3, el segundo de su cuenta. Pudo lograr otro en el 79 si su cabezazo no lo desvía el meta. Al verse de nuevo por detrás, el Dnipro se vino un poco abajo, aunque siguió buscando el gol a base de corazón y orgullo. Matheus lo intentó a nueve del final, pero cabeceó muy alto un servicio de Konoplyanka.
Precisamente, el extremo brasileño sufrió un desvanecimiento en el minuto 87 y tuvo que ser retirado en camilla. Esto dejó a los ucranianos con diez hombres en los últimos minutos. No se rindieron y lo buscaron con centros a la desesperada, pero el Sevilla controló bien y agrandó así su leyenda en Europa.
EFE