El infielder/jardinero cubano de los Dodgers, Alexander Guerrero, ha tenido muchos altibajos desde que desertó de su país como agente libre en el 2013. Guerrero había fungido mayormente como campocorto por el equipo de Las Tunas en la Serie Nacional de Cuba.
Fue incluido en el roster preliminar de la selección cubana para el Clásico Mundial de Béisbol del 2013, pero no jugó ni en el torneo ni en la temporada regular subsiguiente. Guerrero hizo su debut profesional como miembro de los Dodgers en la pelota invernal de la República Dominicana, pero una lesión en una corva lo limitó a 12 compromisos.
No obstante, terminó bateando .289 en 40 presentaciones en el plato y de sus 11 imparables, tres fueron dobles y otro un jonrón. Guerrero estuvo en el roster del equipo grande de los Dodgers para el Día Inaugural del 2014 y viajó a Australia para la serie de dos juegos ante los D-backs.
Poco después, fue enviado a Triple-A Albuquerque, donde su trayectoria se vio interrumpida por un suceso bastante extraño. El 20 de mayo del 2014, en un partido ante Salt Lake City, el receptor venezolano Miguel Olivo le arrancó parte de una oreja con un mordisco durante un altercado en la cueva. Guerrero tuvo que operarse y perdió casi dos meses.
En el 2014, su primera campaña completa en el sistema de los Dodgers, Guerrero vio acción por Clase-A Rancho Cucamonga y Triple-A. Disputó un total de 77 juegos, en los cuales tuvo 308 presentaciones en el plato. Su promedio esa temporada fue de .329 con 14 dobles, cinco triples y 15 bambinazos. También se robó cuatro bases en igual número de oportunidades. Hasta la fecha, Guerrero ha demostrado ser muy versátil a nivel profesional.
Los Dodgers lo han utilizado en la segunda base, el campo corto, la tercera base y el jardín izquierdo. Muchos escuchas consideran que el punto fuerte de Guerrero es su ofensiva. Con una estatura de seis pies y 215 libras de peso, Guerrero tiene buen poder. Es un poco agresivo al bate y prefiere dar swings que ver muchos pitcheos y ser paciente y negociar un boleto. Es capaz de castigar una recta, pero le cuesta más darle a los lanzamientos rompientes.
Guerrero, quien batea a la derecha, tiende a jalar la bola. Siempre que lo he visto jugar, ha hecho buen contacto con la parte gruesa del bate. Quedé impresionado con el contacto que lo vi hacer en los entrenamientos. Su promedio de pretemporada fue de .306 e incluyó tres jonrones. En 13 partidos el mes de abril, bateó .423 con cinco vuelacercas y 13 carreras producidas.
El brazo de Guerrero quizás no sea su mejor herramienta, pero tira bastante bien desde la tercera base. Creo que se le hace más difícil hacer jugadas en el campo corto. Esencialmente, aunque Guerrero corre bien y es capaz de robar bases, en cuanto a la defensa se refiere, le falta algo de rapidez al dar el primer paso.
Da la impresión de tener más éxito cuando tiene menos terreno que cubrir, lo cual lo hace más indicado para la esquina caliente. El futuro de Guerrero bien podría depender de la salud y el desempeño de los titulares de los Dodgers. A sus 28 años de edad, Guerrero es muy valioso como suplente cuando se le necesita y también puede ser utilizado como bateador emergente. Dada la profundidad del roster de los Dodgers, es posible que su rol en el club no se expanda.
Por Bernie Pleskoff / MLB.com