ARLINGTON, Texas – Terence Crawford llegó con la etiqueta de estrella a la arena de la Universidad de Texas en Arlington y no defraudó. Crawford noqueó en el sexto asalto al puertorriqueño Thomas Dulorme, para convertirse en el nuevo campeón Welter Junior de la Organización Mundial de Boxeo. El estadounidense conectó un potente derechazo a la barbilla en el sexto episodio, del que jamás se recuperó. "Lo conecté con un jab", explicó Crawford. "Al principio no estaba tirando el gancho. Pero me di cuenta que estaba abierto y me dejé ir".
Dulorme permaneció de pie tras ese puñetazo, aunque Crawford supo rematar para enviarlo a la lona con el segundo derechazo. El boricua se paró con más ganas que conciencia, para volver a la lona dos ocasiones, cuando era evidente que estaba lastimado y casi noqueado.
Momentos después el réferi Rafael Ramos detuvo el combate, en el que los primeros cinco asaltos dieron poca pista de que terminaría de esa contundente manera, ya que Crawford había atacado poco. "Creo que tuve un grandísimo desempeño", dijo Crawford (26-0, 18 ko's). "Mis entrenadores me habían dicho que peleara desde esa manera, sin darlo todo, sólo avisarle de qué se trataba par comenzar a desesperarlo". "Fui paciente y la estrategia pagó", agregó. "En el sexto me dijo (el entrenador) que ya lo prendiera. Así que dije 'está bien'. Para eso entrenamos. Así que lo mandé a dormir".
Desde el primer asalto era claro que Dulorme intentaría ir hacia enfrente contra un Crawford, expectante que esperaba el momento oportuno para atacar, aunque en realidad ninguno de los dos provocó gran daño, ni suspiros de la tribuna, cuando intentaron lanzar el jab. En el segundo, ambos bajaron el ritmo y de nuevo era Dulorme quien intentaba marcar el ritmo con rectos y algunos volados. Crawford cerró el asalto con algunos golpes, pero sin mayor problema para el puertorriqueño. Buena combinación de Dulorme en el tercero, cuando parecía que Crawford se animaba a comenzar a atacar.
De nuevo, Crawford cerró bien el round con un gancho al hígado contudente. Para el cuarto, Crawford ya parecía apoderarse del combate, incluso con retos contudente de ataque a Dulorme, quien intentaba pero hasta esas alturas ni siquiera había conectado un golpe contundente. El quinto tampoco trajo gran ataque de Crawford, quien sonreía e intentaba burlarse más de lo que soltaba con los puños frente a un Dulorme, quien seguía para el frente pero sin efectividad. Y en el sexto, Dulorme simplemente no aguantó ni se recuperó del primer cañonazo que recibió limpio entre barbilla y quijada.
"No vi venir el golpe y fue un gran golpe", reconoció Dulorme (24-2). "La verdad es que me descuidé y pagué. Me lastimó y ya no pude recuperarme". "Hasta ese momento, yo sentí que podía llevar la pelea y estábamos haciendo una gran pelea", añadió el puertorriqueño. "Ahora tengo que ir a casa a descansar y ver qué viene para mi".
Crawford dijo que estaba listo para enfrentar a cualquier rival. Pero tendrá que ser en las 140 libras, al menos un tiempo más, antes de pensar en subir de nueva cuenta de categoría. "Me sentí fuerte hoy y más cómodo que en mucho tiempo", añadió. "Pero yo estoy para pelear contra quién sea. Eso lo dejaré a mis promotores".
Por Carlos A. Nava ESPNDeportes.com