El 26 de diciembre de 1991 tuvo lugar uno de los hechos más importantes en la historia de la humanidad, se anunció la disolución de la Unión Soviética. Aquel país que existió durante casi 70 años dejó de existir y dio pie a nuevos países (15 en la actualidad). Este hecho representó un gran cambio global, no solo en cuanto a cuestiones gubernamentales, sino económicas y culturales.
El ámbito deportivo no fue ajeno a este cambio y el futbol vivió durante algunos meses la aparición de una selección nacional inédita, La Comunidad de Estados Independientes (CEI o CIS, por sus siglas en inglés). Dicha selección fue formada por 12 de los nuevos países, Armenia, Azerbaijan, Bielorrusia, Georgia, Kazajastán, Kyrgystán, Moldova, Rusia, Tayikistán, Ucrania y Uzbekistán, quedando fuera Estonia, Letonia y Lituania.
La Unión Soviética logró un puesto para la Eurocopa de 1992 tras quedar líder del grupo 3 en la fase clasificatoria, y dejar eliminados a equipos como Italia, Noruega, Hungría y Chipre. El cuadro soviético participó en cinco Eurocopas, llegando a la final en cuatro de ellas y proclamándose campeón en la edición de 1960, por ello era una de las grandes potencias futbolísticas del viejo continente.
En cuanto a Copas del Mundo, participó en siete ediciones y su mejor participación fue el cuarto lugar conseguido en Inglaterra 1966. Pero ya no existía la Unión Soviética, el país estaba disuelto y fue por ello que, habiendo logrado clasificar al evento europeo, se determinó la creación de esta nueva selección, que participaría en la Eurocopa de 1992. Tras haber sido aprobada por la FIFA, la CEI fue formalmente constituida el 11 de enero y tomó como himno nacional la novena sinfonía de Beethoven.
Quedaban seis meses para prepararse rumbo al torneo europeo, y se informó que Anatolyi Byshovets, quien ocupó el banco de la URSS desde 1990, sería el entrenador del equipo. El 25 de enero de 1992 fue el primer partido de la CEI y el rival fue nada menos que Estados Unidos.
El encuentro fue jugado en Miami y terminó con victoria del equipo de las barras y las estrellas por la mínima diferencia. El equipo tenía un misticismo especial, pues la URSS ya no existía pero dicha selección era prácticamente una continuación de aquel país aunque con una ideología totalmente distinta.
Así el equipo siguió preparándose rumbo a la Eurocopa 1992 jugando principalmente contra equipos de la CONCACAF, y obteniendo un fuerte golpe en el Estadio Azteca ante la Selección Mexicana, que lo goleó 4-0 el 8 de marzo de 1992. Finalmente llegó el torneo. Suecia albergó el torneo más importante de selecciones en Europa, y la CEI fue uno de los ocho equipos participantes.
El grupo 2 empataba a Holanda, Alemania (en su primer torneo como país unificado), Escocia y la CEI. Dos empates, ante Alemania y Holanda, y una derrota ante Escocia fue el resultado del equipo que quedó eliminado en la fase de grupos, con solamente un gol anotado, por el extremo Igor Dobrovolski. Después del torneo, la CEI jugó un partido amistoso ante El Salvador, al cual derrotó 3-0 el 29 de junio de 1992. Poco más de un mes después el equipo quedó oficialmente disuelto y así nació la Selección de Rusia, equipo que se quedaría con las estadísticas tanto de la URS como de la CEI.
Solamente duró seis meses, jugó tres partidos oficiales y algunos amistosos, y fue el último lugar de la Eurocopa de 1992. Esa es la historia del seleccionado de la CEI, equipo que tuvo que ser conformado con urgencia tras la disolución de la Unión Soviética, y que pasará a la historia como una selección de transición que ayudó a Europa del Este, especialmente a las naciones que se formaron tras la caída de la URRS, a dar un paso hacia un nuevo presente y escribir una (o varias) nueva historia en el mundo del futbol.
Por Francisco Quinzaños / FOX