El presidente de la Federación Rusa de Atletismo (FRA), Valentín Balájnichev, presentó su dimisión tras los escándalos de dopaje que han sacudido en los últimos tiempos los cimientos del atletismo ruso. "Mi renuncia responde a una serie de motivos.
Entre ellos, por respeto a la federación y a mí mismo", dijo Balájnichev en rueda de prensa. El ex presidente ruso, que será sustituido por su vicepresidente, Vadim Zelichenok, defendió su postura contra el dopaje desde que asumiera la jefatura de la FRA en 1991, año de la desintegración de la Unión Soviética.
Destacó que la salud del atletismo ruso es buena, que las instalaciones son de primer nivel y que el objetivo con vistas a los Río de Janeiro es colgarse 6 medallas de oro. Además, adelantó que las elecciones presidenciales de la FRA tendrán lugar tras los Juegos Olímpicos.
El ministro de Deportes, Vitali Mutkó, quien habría criticado duramente a Balájnichev por no luchar con firmeza contra el dopaje, consideró en su momento "absolutamente acertada" la anunciada renuncia del zar del atletismo ruso.
En las últimas semanas la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA) ha suspendido por dopaje, entre otros, a cuatro oros olímpicos: tres campeones en marcha -Olga Kanishkina, Serguéi Kirdiapkin y Valeri Borchin- y la campeona de 3.000 metros obstáculos en Londres (2012), Yulia Zarípova. En noviembre pasado ya había sido descalificado Víctor Kolesnikov, director de la escuela de marcha de Saransk (Mordovia), considerada la catedral mundial de esa disciplina atlética.
Kolesnikov fue apartado después de que fuera suspendida la última sensación de la marcha rusa, Yelena Lashmanova, -oro en Londres y campeona mundial en Moscú en 2013- tras dar positivo en un control fuera de competición.
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