El Atlético de Madrid fulminó al Almería en menos de media hora, dirigido por sus delanteros Antoine Griezmann y Mario Mandzukic, que acapararon los goles de un triunfo revitalizante para su equipo, relanzado con un ejercicio práctico e incontestable en ambos áreas para su oponente de este sábado (3-0).
Un penalti, muy protestado por el conjunto andaluz y transformado por el ariete croata, abrió el triunfo en el minuto 12 y dos conexiones entre ambos, con Mandzukic como asistente y Griezmann como imponente definidor en el 2-0 y el 3-0, hicieron el resto para sumar tres puntos de altísimo valor a estas alturas del campeonato.
No sólo para superar el mazazo de Vigo, sino también para reivindicar su sitio en el podio de la clasificación, más cerca del segundo puesto, a tres puntos con la derrota horas antes del Barcelona, e inamovible de la tercera posición en las últimas trece jornadas ante el acecho del Valencia, vencedor hoy en Córdoba. Y una victoria reafirmante para sus próximos retos, todos de altura.
El primero el próximo miércoles en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Bayer Leverkusen; los dos siguientes contra el Sevilla, dentro de una semana, y el Valencia, precisamente los dos equipos que quieren su actual tercera plaza.
A la espera de esos desafíos, el Atlético tenía hoy resuelto el partido en 20 minutos. En los primeros 60 segundos encerró al Almería, agobiado en un minuto eterno para su defensa, y antes del cuarto de hora ya ganaba a través de un penalti muy discutido por los visitantes, uno de esos empujones y forcejeos que se producen en cada acción a balón parado y que se pitan a veces sí, a veces no.
Mateu Lahoz señaló pena máxima sobre el uruguayo Diego Godín ante las protestas de los futbolistas del equipo andaluz, conscientes de que era el principio del fin de sus limitadas posibilidades de sacar algo del Vicente Calderón, como comprobó después, desde que el croata Mario Mandzukic transformó el penalti con rotunda seguridad.
Ya ha alcanzado la veintena de tantos este curso en encuentros oficiales, seis en 2015, pero también asiste a sus compañeros con frecuencia en el nuevo año, en un entendimiento ilimitado con Antoine Griezmann, al que le dio dos goles antes de la media hora para explotar las cualidades del formidable futbolista francés.
El 2-0, en el minuto 20, surgió de una pérdida de pelota de Fran Vélez, imperdonable por un Atlético tan potente y preparado para aprovechar cualquier concesión del contrario, más en tres cuartos de campo, desde donde Mandzukic tomó la pelota y pasó en profundidad a la carrera de Griezmann, imparable en la resolución frente a Cuesta.
También en el 3-0, generado con un centro desde la esquina del área del turco Arda Turan, de vuelta al once tras su partido de sanción en Vigo la pasada semana; continuado con un toque de cabeza del ariete croata, tan perfecto en la visión de juego como en la entrega; y controlado y culminado a la media vuelta por Griezmann.
El encuentro no había alcanzado la media hora, el Almería no había probado a Moyá -no lo hizo hasta el minuto 60- y el Atlético había liquidado el partido, hasta ese momento sin un volumen de juego abusivo ni muchas ocasiones, sino con la concreción y la pegada de un equipo que apunta a lo máximo también este año. Indudablemente superior al Almería durante los 90 minutos y sin apenas exigencia ni sobresaltos en una noche plácida sobre el césped del Vicente Calderón, el descanso fue un tránsito directo hacia una segunda parte irrelevante, sin casi movimientos en ambas porterías, salvo por una ocasión, la única de los visitantes, de Corona y por la expulsión de Siqueira en los instantes finales.
Ya no estaban sobre el campo ni Mandzukic, sustituido por Torres, ni Griezmann, reemplazado por Raúl García; los dos líderes y goleadores de una victoria imprescindible para el Atlético, reafirmado en la pelea por las primeras posiciones de la tabla.
EFE