No cabe duda de que durante ocho años, de 1964 a 1971, Tony Oliva parecía estar destinado a tener una placa en el Salón de la Fama. En ese tramo, el cubano bateó .313 con porcentaje de embasarse de .365 y slugging de .507 por Minnesota.
Oliva fue nombrado el Novato del Año en la Liga Americana en 1964 y fue convocado al Juego de Estrellas en cada una de sus primeras ocho campañas como ligamayorista. En cuatro ocasiones, encabezó el Joven Circuito en dobles. El oriundo de Pinar del Río también ganó un Guante de Oro como jardinero. Era un guardabosque derecho destacado con un brazo preciso y buen alcance. Entonces, ¿qué fue lo que descarilló la línea directa de Oliva a Cooperstown?
La respuesta es una lesión en la rodilla que sostuvo en 1971. El cubano nunca volvió a ser el mismo jugador después de ello. De hecho, en los últimos años de su carrera, ser vio limitado al puesto de bateador designado. Por lo tanto, los números de por vida de Oliva no fueron lo que se esperaba dada sus primeras ocho campañas espectaculares. En sus 15 años en la papeleta para el Salón, Oliva no logró más de 47.3 de los votos de que la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas in ingles). Desde entonces, el destino de Olivo ha estado en manos de varios comités de veteranos.
Este año, Oliva recibió 11 votos de los 16 miembros del Comité de la Era Dorada. Para ser exaltado, necesitaba al menos 12 votos. Por un lado, para los partidarios de Oliva fue alentador saber que estuvo tan cerca de ser exaltado y que, después de tanto tiempo, quizás reciba el mayor reconocimiento por sus logros en la Gran Carpa. Pero por otro lado, quedarse a un voto de ser exaltado al Salón es algo cruel.
Ahora a Oliva, de 76 años de edad, le toca esperar tres años para que el Comité de la Era Dorada vuelva a evaluar sus argumentos. No culpo al comité, un grupo distinguido que está integrado por Salones de la Fama, ejecutivos de los clubes y cronistas veteranos.
Ninguno de ellos tomaría semejante decisión a la ligera. Hace cuatro décadas, Tony Oliva lucía como todo un Salón de la Fama. Y para muchos de quienes lo vimos jugar en aquel entonces, dicha impresión no ha cambiado. Uno voto más de parte del Comité de la Era Doraba hubiese sido bien merecido.
Por Mike Bauman / MLB.com