LA CORUÑA (EFE) — El Barcelona se apoyó en la inspiración del argentino Leo Messi para golear al Deportivo (0-4) en el estadio de Riazor y confirmar las buenas sensaciones que había dejado la pasada jornada ante el vigente campeón de la Liga, el Atlético de Madrid (3-1), al que se enfrentará el miércoles en la Copa del Rey.
Tal vez herido en su orgullo por todo lo que se ha hablado de él, de la relación con Luis Enrique, de su futuro, Messi, situado en una banda pero con libertad, marcó la diferencia en el césped de Riazor, donde el Deportivo le duró al Barcelona apenas 10 minutos.
El técnico azulgrana no quería tropezar por tercera vez consecutiva fuera de casa y prescindió de las rotaciones a pesar de que el miércoles empezará a disputar el pase a semifinales de la Copa. Con las estrellas en el césped, el Barcelona se movió a años luz del Deportivo, Neymar avisó con un detalle de calidad de lo que le esperaba a su rival y entre Rakitic y Messi fabricaron la primera ocasión de gol, una jugada ensayada que se inició en el tiro de esquina y acabó con el remate, libre de marca, del argentino, que milagrosamente despejó Fabricio a córner.
Habían transcurrido 10 minutos y justo antes de pasar al siguiente, el Barcelona trenzó una jugada rápida con los mismos protagonistas, pero desde el centro del campo, y convirtió su dominio en gol. Messi, que no marcaba de visitante desde principios de octubre, se levantó tras una falta en la que el árbitro aplicó la ley de la ventaja y acompañó la jugada, que continuó con un pase medido de Rakitic a la espalda de la zaga del Deportivo que el argentino concluyó en el punto de penal con una vaselina de cabeza sobre Fabricio.
Luis Suárez pudo anotar el segundo en el ecuador del primer tiempo pero falló en el remate tras un excepcional pase de Iniesta, y tampoco estuvo acertado el Deportivo en su único acercamiento al área de Bravo hasta la media hora de partido, una acción del portugués Cavaleiro que ni siquiera obligó al portero a intervenir.
La definición que no tuvieron ni el uruguayo ni el luso la exhibió otra vez Messi, origen y fin de la jugada del segundo gol, a los 33 minutos, una acción en la que participó Neymar, que nadie del Dépor despejó en el área, que el argentino continuó a trompicones y que culminó picando el balón sobre Fabricio.
El Barcelona, alegre en ataque, dio alguna facilidad en defensa, pero el Deportivo no la aprovechó cuando el exazulgrana Isaac Cuenca se quedó solo ante Bravo un minuto después del segundo gol de Messi. El Deportivo se dejó llevar por el toque relajado del Barcelona y sólo Fabricio evitó un resultado más abultado al descanso.
A pesar de quedarse sin Cavaleiro, uno de los más activos en ataque, por molestias musculares, el equipo coruñés visitó más veces el área del Barcelona en el segundo tiempo, aunque de poco le sirvió porque ni Medunjanin ni Juan Domínguez, el único que comprometió a Bravo, consiguieron dar emoción a un partido que no tardó en quedar sentenciado.
De nuevo fue Messi, quien si no, el encargado de dejar resuelto el encuentro en otro saque de esquina en el que entre él y Rakitic burlaron a la zaga del Deportivo y en el que el argentino, que tuvo tiempo para pensar qué hacer, envió el balón a la derecha de Fabricio con un zurdazo. Con todo finiquitado, Luis Enrique sentó a Iniesta, en su partido 350, Busquets y Neymar, empezó a pensar en la Copa y, además, se llevó un regalo del Deportivo, el cuarto gol de la noche. Comentarios