Marc Coma ganó el primero de sus cuatro títulos del Dakar, en la división de motocicletas, en 2006; para este año sale como el monarca defensor.
Cuatrocientas quince tripulaciones tomarán la salida del Rally Dakar en Buenos Aires para encarar más de nueve mil kilómetros de recorrido en tres países (Argentina, Chile y Bolivia). Todos ellos saben que menos del 50 por ciento cruzará la meta el 17 de enero cuando vuelvan a la capital argentina.
La organización dirigida por Thierry Sabine preparó un reto especial para esta edición y de nueva cuenta poner a prueba las habilidades de los participantes. La primera novedad será la diferencia de los descansos.
Las motocicletas lo harán el 10 de enero en Iquique (Chile), mientras los automóviles tomarán un receso dos días después en la misma localidad; ambos justo después de las etapas maratón de más de mil 300 kilómetros en las que no podrán recibir asistencia mayor.
Para los automóviles será el regreso de este tipo de especiales desde 2005. A estos retos se le sumarán la diferenciación del 40 por ciento del recorrido entre las motocicletas y los automóviles, lo cual supondrá una mayor atención de los navegantes y pilotos por parte de los vehículos de cuatro ruedas al no tener una estela a seguir para evitar perderse. La cereza del pastel en este punto llegará el 11 de enero, cuando motos, coches y camiones disputen tres etapas diferentes al mismo tiempo.
Desde 2009 el Dakar se realiza en Sudamérica y con excepción de la edición de 2011 se ha presentado por lo menos un deceso en cada uno de los eventos. Los contendientes A pesar del amplio número de participantes, la lista de favoritos es reducida para la presente edición.
El español Marc Coma luce como el rival a vencer con su motocicleta KTM, y si bien en 2014 logró dos horas de diferencia respecto a sus perseguidores, él no se considera en un estado superior. “Creo que no es así, podemos ver la clasificación y sí que hay mucho tiempo, pero creo que estamos delante con muchos favoritos a la victoria”, expuso el catalán.
El francés Olivier Pain (Yamaha), tercero en la pasada edición, luce como su mayor rival, sin embargo, el joven británico Sam Sunderland espera dar la sorpresa. La situación en los coches luce similar. El equipo alemán X-Raid tiene en el español Joan Nani Roma, actual campeón, a su carta fuerte; sin embargo él mismo vive la presión de tener que demostrar que el éxito de 2014 fue gracias a su talento y no únicamente a las órdenes de equipo dictadas sobre el 11 veces monarca Stéphane Peterhansel.
El qatarí Nasser Al Attiyah se presenta como la máxima amenaza. A bordo de un Mini 4All preparado por X-Raid tiene la experiencia para administrarse y vencer como ya lo hizo en 2011. Con estos elementos, el Dakar 2015 promete ser uno de los más extremos de la historia.
Por: Luis Ramírez / exclesior
