Por Daniel G. Lifona/ Marca
Tuvo que esperar seis años y al declive del imperio Red Bull, pero Lewis Hamilton ya es bicampeón del mundo. El piloto británico aprovechó la enorme superioridad de Mercedes en 2014 para conquistar su segundo y ansiado título. Y lo hizo con autoridad: 11 victorias en 19 grandes premios, 16 podios, siete 'poles' y 384 puntos, 67 más que el subcampeón, su compañero de equipo Nico Rosberg. Rosberg le discutió el campeonato hasta la última carrera, pero el inglés exhibió la templanza que le había faltado en otras ocasiones para amarrar el título casi desde la primera vuelta de Abu Dabi.
En 2008 fue campeón con su primer equipo, McLaren, y seis años después demostró que acertaba cuando decidió abandonar la escudería donde se había criado bajo la protección de Ron Dennis.
La exitosa adaptación de Mercedes a la nueva era de las unidades híbridas de potencia le brindó a Hamilton una máquina casi perfecta. El equipo italiano ganó 16 grandes premios y conquistó el Mundial de constructores con una formidable ventaja sobre el resto de escuderías. En 2015, Hamilton tendrá la posibilidad de ampliar su palmarés si nadie se lo impide.