NUEVA YORK — Cada diez años, hay algo fijo en cuanto al premio al Mánager del Año: Buck Showalter es el ganador. El piloto de los Orioles de Baltimore fue consagrado el martes por tercera vez con el galardón de la Liga Americana. Matt Williams se llevó el honor en la Liga Nacional tras su primera temporada al mando de los Nacionales de Washington. Con 25 de los 30 votos al primer lugar y un total de 132 puntos, Showalter se impuso en la elección de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica.
"No volveré a hacer esto dentro de diez años", dijo Showalter al bromear sobre sus triunfos con los Yankees de Nueva York en 1994 y con los Rangers de Texas en 2004. Showalter, de 58 años, emuló a Tony La Russa como los únicos dirigentes que han ganado el premio con tres equipos distintos. La Russa lo hizo con los Cardenales (2002), Atléticos (1992) y Medias Blancas (1983). Los Orioles completaron una temporada con foja de 96-66, alzándose con su primer banderín de la División Este desde 1997.
Hasta que fue barrido por los Reales de Kansas City en la serie de campeonato del circuito, Baltimore no perdió cuatro juegos en fila desde mayo. Lo notable fue que Showalter sacó a flote al equipo pese a un sinfín de contratiempos. Primero perdió a su estelar receptor Matt Wieters, en mayo, por una lesión en el codo derecho. Después se quedó sin los servicios del tercera base Manny Machado, el pelotero más talentoso en el roster, quien se lesionó la rodilla derecha en agosto.
Además, el primera base Chris Davis pasó de una campaña de 2013 en la que fue candidato al Jugador Más Valioso a tener un promedio al bate de .196. Su temporada se terminó cuando se le impuso una suspensión al dar positivo por consumo de anfetaminas. Showalter fue escoltado en la votación por Mike Scioscia (Angelinos), quien obtuvo cuatro votos al primero y 61 puntos. Tercero figuró Ned Yost (Reales) con 41 puntos. Lloyd McClendon (Marineros) atrapó el otro voto a primero y acabó cuarto con 29 unidades. Williams, quien jugó bajo las órdenes de Showalter en Arizona entre 1998 y 2000, se convirtió en el cuarto piloto galardonado en su primer año.
Los otros fueron Hal Lanier (Astros en 1986), Dusty Baker (Gigantes en 1993) y Joe Girardi (Marlins en 2006). La votación en la Nacional fue más estrecha. Williams registró 18 votos para el primer lugar y acumuló un total de 109 puntos. Clint Hurdle, quien ganó el premio el año pasado con los Piratas de Pittsburgh, quedó segundo esta vez con ocho votos al primero y 80 puntos. Bruce Bochy, el piloto de los Gigantes de San Francisco, fue tercero al recibir tres votos al primero y 30 puntos. Mike Redmond (Marlins) obtuvo el otro voto al primero y acabó quinto, detrás de Mike Matheny (Cardenales).
La votación se realizó antes del inicio de la postemporada, en la que los Gigantes y Bochy se proclamaron campeones de la Serie Mundial por tercera vez en cinco años. Los Nacionales arrasaron en el Este de la Nacional, con una marca de 96-66, sacándole 17 juegos de ventaja a sus perseguidores inmediatos, el margen más abultado en las mayores. Pero se despidieron a las primeras de cambio en los playoffs al sucumbir en cuatro partidos ante San Francisco en la serie de división. Williams le dio el crédito a sus jugadores por el premio:
"Ellos me hicieron fácil mi transición". El dirigente de 48 años manejó con destreza los hilos de un equipo que padeció las lesiones de tres pilares: el jardinero Bryce Harper, el receptor Wilson Ramos y el tercera base Ryan Zimmerman. Consolidó su autoridad desde el principio, cuando sentó a Harper a mitad de un juego por correr con desgano tras batear un rodado. También tuvo que tomar la decisión de cambiar de cerrador en el tramo final de la campaña, poniendo a Drew Storen en lugar de Rafael Soriano.
Por Eric Núñez / Associated Press