Nueva York – El maratón de Nueva York celebró hoy su reciente premio Príncipe de Asturias de los Deportes con otra multitudinaria edición, seguida en las calles por unos dos millones de espectadores y con un ambiente de fiesta en toda la ciudad. Poco más de una semana después de recoger en Oviedo (España) ese galardón, la directora de la carrera, Mary Wittenberg, dio hoy la bienvenida en Staten Island a los más de 50,000 participantes llegados de todos los rincones del mundo para correr en la edición número 44 de la prueba.
La carrera quiso dar la razón al jurado de los premios Príncipe, que destacó al maratón de Nueva York como "la máxima expresión del deporte, colaboración ciudadana y espíritu solidario", y volvió a dar buena muestra de por qué se ha convertido en el evento más popular de este tipo. Atletas profesionales y aficionados se echaron a las calles de la Gran Manzana, donde les esperaban 10,000 voluntarios y unos dos millones de neoyorquinos, que no se quisieron perder la cita pese al viento y el frío.
"Es el mejor maratón del mundo por todo el impacto, el público, los espectadores y el ambiente", dijo a Efe Miranda Luiken, la esposa del maratoniano mexicano Germán Silva, que hoy completó el recorrido para celebrar el 20 aniversario de su primera victoria en la prueba. Silva, que también ganó en 1995 y este año ingresó en el salón de la fama del Maratón de Nueva York, es muy recordado en la ciudad por la espectacular remontada que protagonizó en 1994 tras equivocarse de ruta a falta de una milla.
Para el paraguayo Oscar Fernández, organizador de carreras en su país, el maratón de Nueva York resulta "fantástico por la cantidad de gente de todas las culturas" que toma parte. "Es un símbolo de la integración de países", aseguró a Efe Fernández, que ya se está preparando para competir el año próximo.
Ese carácter internacional de la carrera se hacía evidente hoy en la meta de Central Park, donde muchos participantes llegaban envueltos en las banderas de sus países. Aproximadamente un tercio de los corredores llegan desde fuera de Estados Unidos, tanto profesionales como aficionados que aspiran a superar sus límites.
"Correr un maratón es dar un paso en tu vida. No es fácil pero si logras pasar la meta puedes hacer cualquier cosa", explicaba hoy Luiken. En una entrevista con Efe con motivo de la concesión del Príncipe de Asturias, la directora de la carrera reconocía en junio que esa mezcla entre deportistas de alto nivel y personas corrientes es la clave de la carrera. "Parte de la magia del maratón es que reunimos a los mejores del mundo con personas de todas las edades, capacidades y procedencias, que tienen el mismo gran sueño de correr un maratón en las calles de Nueva York", señalaba Wittenberg.
Entre los miles de personas que hoy cumplieron ese sueño estuvo la tenista Caroline Wozniacki, que corría su primer maratón y completó el recorrido con unas destacables 3h 26:33. Desde su creación en 1970, con una carrera limitada a Central Park en la que sólo terminaron 55 corredores, el maratón de la Gran Manzana no ha dejado de crecer y este año acumuló el millón de participaciones finalizadas. Y pese a las importantes medidas de seguridad impuestas por la policía en los últimos años, la prueba no ha perdido un ápice de su carácter festivo y sigue siendo uno de los grandes días del año para los neoyorquinos.
EFE