Con el objetivo de investigar si hubo o no corrupción en las elecciones de las sedes de los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, el FBI espió a la FIFA a través de un dirigente arrepentido, quien aceptó llevar un micrófono a cambio de no ir a la cárcel.
Se trata de Chuck Blazer, un ex secretario general de la Concacaf, quien podría aportar datos clave en torno a las decisiones para elegir las plazas mundialistas, según publicó el diario neoyorquino Daily News. Blazer, que fue miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA desde 1996, se convirtió en espía a partir de 2012 para evitar ir a prisión.
El "arrepentido" accedió a llevar un micrófono oculto en un llavero a varias reuniones con miembros de la Federación que se llevaron a cabo durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. En esas charlas habría declaraciones de Alexei Sorokin, jefe del comité organizador de Rusia 2018, Frank Lowy, el responsable de la candidatura de Australia al Mundial de 2022 y de Peter Hargitay, un consejero de Joseph Blatter. Con estas grabaciones, el FBI intentará determinar si hubo irregularidades en las elecciones de las sedes.
Clarin.com